El primero de los seis toros que la semana pasada echó Cuvillo en Bilbao fue bravo: esa salida en tromba y al galope, por ejemplo. De salida hay toros fríos y calientes. La gente admira las apariciones volcánicas. El toro volcánico es una provocación. Pero suele ser frágil. Este cuvillo, después de picado por primera vez, salió desparramado, como una peonza, reventándose. Quería comerse el mundo. Tenía fondo fiero.
Lea el artículo completo en su revista APLAUSOS
Acceda a la versión completa del contenido
Morante de birlibirloque
En un nuevo gesto de solidaridad y compromiso social, el Ayuntamiento de Villaseca de la…
El hierro que perteneció a Francisco Rivera “Paquirri”, con el que el llorado diestro inició…
Se dio la corrida Villista de la Revolución en la plaza de toros “Alberto Balderas”…
La terna, por encima de los toros de Villa Carmela que ayudaron bien poco a…
Los mozos de espada de la Comunidad de Madrid han celebrado este sábado en la…
Pasadas las dos de la tarde, en un frío y escueto comunicado, la Real Maestranza…