Ilusiones y sueños, personales y colectivos, Valencia a punto de contar con dos nuevos matadores de toros, cualquiera hablaría de crisis (salvo el ministro Urtasun, especialista en retorcer evidencias). Samuel Navalón y El Niño de las Monjas, de Ayora y de Carlet, juegan el gran envite de sus carreras, ambos toman la alternativa este sábado, duplicidad y coincidencia inaudita en la historia del toreo valenciano. Lo hacen en un ambiente pletórico, localidades acabadas para ver al primero, una entrada de las que no se recuerdan en el segundo caso. Habrá que mirar los relojes para saber quién a partir de esta tarde tiene mayor antigüedad en los carteles. Albacete y Utiel son los escenarios, Manzanares y Roca Rey, padrino y testigo respectivamente, serán los oficiantes en el primero; Alejandro Talavante y Emilio de Justo los del segundo, en realidad la flor y nata de la torería andante validarán el ascenso.
Los toros lucirán la divisa de Jandilla en la capital manchega y la de Castillejo de Huebra en la asolerada y entrañable Utielana. No cabe mayor lujo para un sueño torero. Todo ello en un entorno festivo, son días de advocaciones marianas que en este país llamado España se celebran con toros: la manchega, si las vírgenes tuviesen límites geográficos, Virgen de los Llanos en Albacete y la Virgen del Remedio en la Plana de Utiel darán la cobertura devocional a los doctorados porque sabido es que en el mundo del toro la alternativa es un ascenso que precisa de todas las protecciones.
Apadrinados por las primeras figuras del toreo han despertado una gran expectación hasta llenar ambas plazas
El ayorense Navalón llega lanzado. Le avalan los triunfos en prácticamente todas las plazas donde ha actuado, desde Valencia a Madrid y Sevilla, de tal manera que se ha convertido en uno de los valores más firmes del escalafón de plata actual. Está, como dicen los taurinos, hecho para dar el salto y enfrentarse al toro de cuatro años y compararse/competir con los grandes maestros, aunque para ello ya se sabe que nunca se está suficientemente preparado.
Formado en la escuela de Albacete, es torero de planta firme, de los considerados poderosos. Acaba de salir de una cornada, lo que vistos los resultados artísticos en su vuelta a la cara del toro no le ha afectado en su disposición. Tan seguro está el torero y sus mentores que en apenas veinte días confirmará la alternativa en Madrid de manos de Ponce, se trata de una decisión, en realidad una apuesta tremenda, que le puede poner una velocidad de crucero vertiginoso. Todo un reto, pero qué si no es el toreo.
A El Niño de las Monjas le acompañan unas vivencias personales tremendas que pasan por haber sido acogido siendo un niño en el Hogar de San José de la Montaña de València, un centro de la orden de la Madre de los Desamparados, cuestión que le inspiró su nombre artístico. Desde el primer día de su aventura, la presencia de las monjas en los tendidos se convirtió en un clásico que despierta la empatía de todos. Taurinamente, este Jordi Pérez, ese es su nombre real, está formado en la escuela de Valencia y llega con una carrera menos intensa que su compañero de promoción pero muy dura, en la que se incluye su paso, todo un examen de grado, por las plazas del denominado Valle del Terror con todo lo que ello curte. Practica un toreo bullidor, de los que buscan en todo momento las emociones fuertes.
Para uno y para otro, este sábado será un gran día para el que necesitan apoyo y suerte.