FERIA DE SAN JUAN

Roca Rey, única oreja y espeluznante cogida en Badajoz

Ponce, ovacionado en sus dos toros de un desrazado encierro de El Pilar con el que Manzanares también saludó en su primer turno
Antonio Girol
jueves 22 de junio de 2017

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

FOTOS DE ARJONA DEL FESTEJO

Fotos: ARJONA

Al sosote que hizo primero lo entendió Enrique Ponce con su capacidad para el toreo de suaves maneras con el que fue hilvanando muletazos que no tuvieron la transmisión necesaria para encandilar al público, que siguió la faena con la misma atención y respeto con el que le fue tributada una ovación tras despachar a su antagonista de estocada entera tras pinchazo.

Desclasado, sin recorrido ninguno ni ritmo, punteando las telas, el cuarto no tuvo un pase. Y decir eso de un toro que cae en las manos de Ponce es decir bastante. Ni siquiera con su depurada técnica pudo más que arrancar una tanda con la diestra que encontró el cariño de las palmas del público. Pitos al arrastre. Ovación con saludos para el torero.

Justito de raza, pero sobre todo de fuerzas, el segundo de El Pilar se defendía en cada acometida obligando a Manzanares a tener que tocar mucho las embestidas para que obedeciese y a la vez llevar la muleta a una altura lo suficientemente alta como para que el animal no perdiese las manos. Ambas sumas provocaron que el resultado fuese el de una faena sin transmisión. El siempre cariñoso público pacense ovacionó al espada alicantino tras el arrastre del toro, despedido con leves pitos.

El quinto hizo cosas muy extrañas en el capote de Manzanares, así como en los de Suso durante la lidia: venir como dormido, frenarse y luego salir con la cara por encima de la esclavina. Hasta en tres ocasiones hizo amago de echarse el de El Pilar. Claro ejemplo de la falta de raza del animal, al que Manzanares intentó siempre llevar muy fijo con la muleta plana con objeto de que la siguiese. Ni aún así pudo más que instrumentar un par de tandas que fueron silenciadas. Pitos al arrastre.

Cadencioso resultó el saludo de Roca Rey a su primero, un animal que colocaba muy bien la cara y se desplazó con mucha suavidad en el percal del peruano. Ajustado resultó el quite por saltilleras. Por alto, con la quietud que le caracteriza, comenzó el último tercio. Comprendió rápido Roca Rey que el toro lo quería todo por abajo y de esa manera estructuró su faena ante un animal al que había que hacerle las cosas muy bien porque de lo contrario protestaba. Le cogió bien el aire y el sitio Roca en una faena muy seria que epilogó por benadinas. Lástima que al instrumentar éstas el toro se partiese una pezuña y eso hizo que se pusiese difícil para entrar a matar, haciendo que el peruano marrara con el acero, lo que le privó de premio.

El sexto no se entregó en ningún momento. Mirón, el toro no ayudó en ningún momento al de Perú a la hora de enjaretar las series, por lo que tuvo que optar por acortar distancias y meterse en el terreno del toro. De esa manera fue sacando los muletazos que llevaron más transmisión a los tendidos de toda la tarde. Pero lo más importante llegaría tras la tremenda voltereta que sufrió al entrar a matar. Tras el susto por el rato largo que estuvo a merced de los pitones se repuso y con la taleguilla hecha jirones instrumentó unas bernadinas que pusieron al público en pie. Mató de estocada caída y fue premiado con una oreja. Pasó a la enfermería para exploración médica.

Badajoz, jueves 22 de junio de 2017. Toros de El Pilar, faltos de raza. Enrique Ponce, ovación con saludos en ambos; José María Manzanares, ovación con saludos y silencio; Roca Rey, ovación con saludos y oreja. Entrada: Algo más de media plaza. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Iván Fandiño.

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