ADIÓS A GREGORIO SÁNCHEZ

Siete orejas de seis toros en cinco cuartos de hora

Sucedió en Madrid, el 19 de junio de 1960, en la corrida a beneficio del Montepío de Toreros
Redacción APLAUSOS
viernes 23 de junio de 2017

El 19 de junio de 1960 Gregorio Sánchez estoqueó seis toros en Las Ventas a beneficio de la Asociación de Auxilios Mutuos de Toreros, el tradicional Montepío. En origen Gregorio, que presidía en aquel momento la entidad, compartía cartel con el presidente anterior, Antonio Bienvenida, aunque una inoportuna lesión del dinástico unos días antes “forzó” al maestro a lidiar él solo los seis toros.

El torero de Santa Olalla lidió ejemplares de Barcial y cortó las dos orejas del primero, una del segundo, otra del tercero, dos del cuarto y una del sexto. El éxito pues fue memorable. En la crónica de El Ruedo puede leerse: “Usted y yo estuvimos en los toros y no volveremos a ver corrida como esta del 19 de junio ni triunfo como el de Gregorio Sánchez. Y a quien no estuvo en los toros el domingo no le digo nada; bastante tiene con su disgusto y su remordimiento”.

“Dicho esto, a usted, si estuvo en los toros, sólo me resta felicitarle -sigue el texto-; pero si se quedó en casa y no asistió a la corrida le diré algo de lo visto por mí en esta monumental corrida de toros. Parte nada más; todo, no; a contarlo todo no alcanzo. (…) Desde el domingo último los aficionados madrileños se dividen en dos clases: los del 19 de junio de 1960, y la masa. Yo soy de los del 19 de junio, y puedo presumir”.

Sobre la actuación del madrileño, escribe el cronista: “Toreó con el capote bien, muy bien, inmejorablemente. Toreó el toledano cargando la suerte, recreándose, superándose en cada lance. (…) El capote del toledano mereció los honores del romance y las delicias de la seguidilla gitana. Pidió y logró un puesto privilegiado entre los primeros del toreo de nuestro tiempo”.

“En las faenas con la franela, vivió en el mundo aparte de los buenos muleteros auténticamente valerosos. Empleó una y otra mano con soltura, justeza y garbo; dio pases de pecho, en redondo, por bajo, naturales, trincherazos, cambiados por bajo y muletazos por alto de gran belleza, y salió de un peligroso momento en el sexto con un farolillo obligado, oportuno y gracioso”. Mató a la corrida de cinco estocadas, dos pinchazos, media estocada y cuatro descabellos.

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando