BILBAO.- CORRIDAS GENERALES

Oreja para Urdiales y Roca Rey en la octava bilbaína

Enrique Ponce saludó una ovación en el primero
Libertad Rodríguez
sábado 26 de agosto de 2017

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ARJONA

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

LA OPINIÓN DE MORA: “De Cai al Puerto y del Puerto a Cai”

Fotos: ARJONA

Cerró festejo el sexto de la tarde, el único que se dejó torear de capa en las telas de Roca Rey, quien lo recibió con buen toreo a la verónica. Después, con la muleta, el peruano cuajó un trasteo dominador y valiente, de mano baja sometiendo desde su comienzo la embestida del animal. Actuación muy centrada, entregada y valiente, ganando la acción al toro, que pretendió en algún momento buscarle, pero que -con astucia- el diestro repeló el comportamiento del toro alargando la trayectoria del pase sobre el pitón izquierdo. Muy poderoso y rotundo en todo momento, Roca Rey hizo que el de Puerto de San Lorenzo acabase pidiendo la rendición. Con el toro parado y venido a menos, optó por acortar distancias entre los pitones para aprovechar todas las condiciones del astado hasta el final, buscando el triunfo en Bilbao. Estocada entera fulminante de la que rodó el toro sin puntilla. Oreja.

Reservón en el capote fue el quinto, que no quiso saber nada de los picadores protagonizando un tercio en el lo puso difícil a los del castoreño. A peor en el segundo tercio llegó a la muleta, con complicadiones. Urdiales intentó hacer faena pero el toro, al igual que el tercero de la tarde, se lesionó en la mano derecha quedando inservible para la faena. Ante esta situación Urdiales no tuvo más remedio que abreviar, empuñar la espada y rematar su actuación que fue silenciada por el público.

El cuarto de la tarde tampoco propició el lucimiento de Ponce durante los primeros tercios. Faena del valenciano en la que comenzó doblándose por abajo para dominarlo y enseñarle a embestir con excelente suavidad y temple. Trasteo en el que por momentos brilló el buen toreo de Ponce, pero que se terminó cuando el toro se paró y comenzó a venirse a menos. Acortó distancias el diestro para aprovechar todas las embestidas del toro, en un toreo que recordó mucho al desaparecido maestro Dámaso González, en un claro homenaje cuando reverdeció el péndulo ante la cara del toro y el adorno final tocandole el pitón. Recuerdo de torero a torero. Homenaje que ya hizo público cuando brindó al cielo esta actuación sobre le ceniciento ruedo de Vista Alegre. Estocada y leve petición de trofeo.

No tuvo suerte Roca Rey con el que hizo tercero de la tarde. Un toro bien presentado pero que no se empleó en los primeros tercios con tan mala fortuna que se lesionó de la mano derecha quedando inservible para la lidia. Por este motivo, Roca Rey tuvo que abreviar en su faena.

El segundo de la tarde fue otro toro con las fuerzas justas, aunque menos que el primero, con calidad en sus embestidas y al que había que entenderlo. Así lo hizo Urdiales, quien con mucho temple, disposición y entrega lo recibió a la verónica hasta el centro del ruedo. Tras el brindis a la memoria de Dámaso González, comenzó la faena templándolo con despaciosidad y llevándolo con suavidad. Le enseñó a embestir citándolo en todo momento de frente, dando el pecho con pureza y todo ello con limpieza y pulcritud. Al natural, el toro se mostró un punto más violento y necesitado de dominio y poder hasta el punto de quedársele en medio del pase dando un derrote. No se amilanó Urdiales que expuso en su actuación. Venido a menos el toro cuajó varias tandas en redondo dibujando el pase. Se mostró muy responsabilizado y entregado. En redondo -con más temple- se gustó con poder y suavidad por abajo en tandas cortas, destacando una de ellas por intensa con un pase del desdén muy torero. Faena de mucho contenido y hondura que fue premiada, tras una estocada entera, con una oreja.

Salió el primero abanto y frío y lo recibió Ponce a la verónica ganando terreno hasta el centro del ruedo muy templado. Un toro que embistió mejor por el izquierdo que por el derecho, al que le hizo una faena donde tuvo que cuidarlo por las justas fuerzas que manifestó. Lo fue haciendo a media altura con temple y suavidad tanto en redondo como al natural siendo precisamente sobre este pitón donde cuajó lo más intenso y vistoso de su actuación. Faena completa y maciza que, si no falla con los aceros por un pinchazo, pudiera haber cortado el primer trofeo de la tarde. Ovación con saludos.

Bilbao, sábado 26 de agosto. 8º festejo de la Semana Grande. Toros de Puerto de San Lorenzo. Enrique Ponce, ovación con saludos y leve petición; Diego Urdiales, oreja y silencio; Roca Rey, silencio y oreja. Entrada:Tres cuartos de aforo. Se guardó un minuto de silencio en recuerdo al maestro Dámaso González.

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