Ochoa firmó una gran tarde en Villaseca de la Sagra.FOTOS DE JULIÁN LÓPEZ DEL FESTEJO
Fotos: JULIÁN LÓPEZ
Abrió la última novillada del Alfarero de Oro un novillo con amplitud de pitones aunque algo escurrido de atrás, que sembró el desconcierto en el segundo tercio, arrollando a quien se le puso por delante. En la muleta, con un único torero en la arena, Alejandro Fermín, el de Ibán se centró algo más, aunque sus embestidas fueron incómodas, con un calamocheo que propició demasiados enganchones. Decidido el novillero aunque sin poder lograr cotas de altura. Falló a espadas, llegando a escuchar dos avisos.
El segundo de Baltasar Iban, de nombre Bastonito, no recordó a su célebre antepasado e impidió con sus embestidas rebrincadas y con un molesto calamocheo que Rafael González pudiera hilvanar faena lucida y limpia. Mató de estocada baja y recibió silencio.
Rotunda y arrebatada faena de Carlos Ochoa a un encastado novillo de Baltasar Ibán que hizo tercero, que si bien tuvo imperfecciones propias de la inexperiencia y de las ganas desbocadas, también contuvo mando, mano baja y longitud en el trazo, sobre todo por el pitón derecho, a veces en perjuicio de la armonía compositiva. Además se tiró a matar encima del morrillo, dejando una estocada entera arriba. La plaza hirvió pidiendo el doble trofeo que se quedó en singular por la inexplicable negativa del palco. En desagravio paseó la oreja y dio tres vueltas al ruedo.
Las ganas de un Alejandro Fermín entregado se toparon con las acometidas descompuestas y sin rebosarse del cuarto, un novillo justo de fuerza y casta. Hubo disposición, pero la brillantez se antojaba misión imposible. Remató con estocada entera caída, lo cual no impidió que unos tendidos todavía molestos por la negativa a la concesión de la segunda oreja en el tercero a Carlos Ochoa pidiera el trofeo, que no fue concedido.
Desordenadas fueron las embestidas mostradas por el quinto de Baltasar Ibán en los dos primeros tercios que se tornaron en menos descompuestas merced a la paciencia y buen hacer de Rafael González. Esperó al novillo y lo condujo con firmeza y cierta apostura por ambos pitones. No fueron raros los enganchones, pero prevaleció el mérito en la decidida labor del novillero. Mató de entera muy trasera y algo desprendida siendo silenciado.
En el que cerró plaza hubo una entrega recíproca por parte de unos tendidos todavía encendidos por la negativa a la concesión de la segunda oreja en el tercero, y un Carlos Ochoa de nuevo en novillero con hambre. Otra vez prevaleció la largura y la mano baja en los muletazos profundos del torero madrileño -también hubo algunos enganchones que hicieron su labor emotivamente imperfecta- a un novillo cuajado que se dejó a pesar de ir algo rebrincado. Falló a espadas, tanto con el estoque como con el descabello y dio una vuelta al ruedo.
VIllaseca de la Sagra (Toledo), 10 de septiembre de 2017. 5º festejo de feria del Alfarero de Oro. Novillos de Baltasar Ibán. Alejandro Fermín, silencio tras dos avisos y ovación con saludos tras aviso, Rafa González, silencio en ambos; Carlos Ochoa, oreja con petición de la segunda y tres vueltas al ruedo y vuelta al ruedo. Entrada: Algo más de tres cuartos de plaza.
