FERIA DE OTOÑO

Ureña lo bordó en Las Ventas con el dulce y con el duro

Luis David Adame confirmó la alternativa y dejó muestras de su buen concepto del toreo; mientras que Sebastián Castella fue silenciado en su lote
José Luis Benlloch
viernes 29 de septiembre de 2017

FOTOS DE JAVIER ARROYO DEL FESTEJO

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

LA OPINIÓN DE PACO MORA: “Cardiacos, abstenerse”

Fotos: JAVIER ARROYO

Al tercero del festejo lo recibió Ureña a la verónica, meciendo con suavidad la embestida del toro de Cuvillo que protestado de salida por su poca fuerza, siempre se le vio que tenía mucha clase. Ureña brindó la muerte del astado al público y, directamente, en los medios se puso a torear sobre la mano izquierda, alargando la embestida del animal, con mucho temple, con suavidad, con un perfecto dominio de los tiempos, planteamiento que permitía que el toro metiese la cara en el engaño y a partir de ahí todo mejoraba. La poca fuerza del toro condicionó y finalmente acabó engrandeciendo el trasteo. Fue el efecto del temple, de un exquisito temple, el que emana de un valor sereno y erradica los tirones, lo que consolidó al toro y la obra del murciano, una faena que fue a más y que tuvo momentos de mucha reunión y ajuste. Muletazos bien iniciados y mejor rematados, hasta el punto de hacer olvidar la condición inicialmente feble del toro. El temple, definitivamente, hizo mejor al cuvillo de lo que era. Fue una obra de pura orfebrería que dio la medida de un gran Ureña. No se puede torear más despacio ni más sentido ni más reunido. Estoconazo y oreja.

El quinto, descompuesto y deslucido, ¡cómo no! fue protestado de salida. Paco Ureña le limó defectos. A base de bajarle la mano y de consentirle lo fue desengañando, obligándole a embestir como no se adivinaba en un principio que pudiese hacerlo. Fue el dominio del hombre sobre la bestia. Faena milagro, de perfecta técnica, de un riesgo helador, llena de entrega y de absoluta pasión. No se le valoró en la medida en la que lo mereció. Madrid con estos toreros y en faenas de esa dimensión siempre ha sido más comprensiva, más justa, más entendida y más generosa. El toro en aquellos tiempos de mayor juicio y ahora, fue un malaje con suerte y el torero un valiente sin reservas. Estocada a corazón abierto, sólo la colocación del acero le cerró la puerta grande. La tenía ganada. Gran ovación. Hoy fue su gran día.

El toro de la confirmación de alternativa de Luis David Adame fue un cuvillo serio y abanto de salida. Se ajustó el azteca en el quite por personales chicuelinas de manos bajas que le valieron la primera ovación fuerte. Se lució con un gran par Fernando Sánchez y Miguel Martín en la brega. Largo el parlamento en la ceremonia de la confirmación, brindis al cielo y un arranque de faena en los medios con varios pases cambiados por la espalda. Las dos primeras series sobre la derecha resultaron muy ligadas y extensas con un toro bravo e importante y que fue a más. Con la izquierda Adame mantuvo el nivel de la faena con series de trazo largo y mucho temple que le quitaban la razón a los protestones del “crúzate” y demás teorías lineales del toreo. Le quisieron dar la tarde desde el principio y el mexicano resistió en una faena bien redondeada en la que hizo lo que había que hacer al gran toro de Cuvillo. Una estocada levemente caída volvió a encender la intransigencia. Ovación al toro y al torero.

En su segundo turno le cupo en suerte otro excelente cuvillo que encontró una gran réplica en el joven torero. Le cuajó Luis David Adame un buen quite por ajustadas gaoneras y seguidamente la faena tuvo temple y reunión en su desarrollo y ambición en su planteamiento. Se mostró fresco como corresponde a su edad y convencido como los toreros hechos. Pinchó con reiteración, una pena, pero su actuación en cualquier caso abre muchas expectativas. Pasó con nota la prueba del escenario y en donde tantos sucumben sacó la tarde adelante con serenidad y aplomo. Ese fue su gran mérito.

Fue protestado de salida el burraco que se lidió en segundo lugar ante el que Paco Ureña dejó su tarjeta de visita con un quite por gaoneras muy ajustadas, a modo de declaración de intenciones. Ante este toro, Castella comenzó la faena por estatuarios muy comprometidos por su ajuste. La mucha exigencia en el toreo del francés, la acusó pronto el toro que acortó su recorrido y acabó defendiéndose con la cara arriba. No hubo ajuste entre toro y torero y el público se impacientó. Castella persistió en una porfía que no tuvo ningún resultado brillante.

Nada destacable sucedió durante los dos primeros tercios de la lidia del cuarto. Sólo las protestas del siete y el saludo de la cuadrilla de Castella tras el segundo tercio. El francés volvió a comenzar su trasteo en los medios, esta vez con pases cambiados por la espalda, en un arranque que cogió cuerpo cuando le bajó la mano y abrochó la tanda con trincherazos y pases de la firma. Se vino arriba el cuvillo y mejoró su condición, embistiendo por abajo y mostrando recorrido cuando Castella le dio la distancia oportuna. Toro desigual, lo mismo metía la cara con calidad que todo seguido se metía por dentro. Este comportamiento condicionó la actuación del francés, que instrumentó una faena con excesivos altibajos. No se entendieron toro y torero.

Madrid, viernes 29 de septiembre de 2017. Feria de Otoño. Toros de Núñez del Cuvillo. 1º, gran toro; 2º, deslucido; 3º, de exquisita clase; 4º, con calidad; 5º, deslucido y 6º, excelente. Sebastián Castella, silencio en ambos; Paco Ureña, oreja y gran ovación con saludos tras aviso; Luis David Adame, que confirmó alternativa, ovación con saludos y ovación con saludos. Entrada: Tres cuartos de plaza. Saludaron en el cuarto de la tarde José Chacón y Vicente Herrera.

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