FERIA DEL PILAR

Maestría de Ponce, gesta de Cayetano y ambición de Ginés Marín en Zaragoza

El valenciano paseó un trofeo, se le pidió otro con fuerza y malogró con la espada una buena labor ante el sexto en un festejo en el que el madrileño fue premiado con dos orejas tras resultar herido grave y el extremeño saludó una ovación en su primer turno
Redacción APLAUSOS
miércoles 11 de octubre de 2017

Cayetano, cornada con tres trayectorias (PARTE)

GALERÍA FOTOGRÁFICA DEL FESTEJO

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

Fotos: SCP

Ponce se estrelló en primer lugar con un juampedro muy parado y falto de raza. El valenciano, correcto de capa antes de la discreta pelea en varas del animal, brindó al público esperanzado. Sin embargo, el astado se agarró pronto al piso y protestó en cada embestida. Hubo tesón a cargo del de Chiva, que porfió en una labor vacía. Dos pinchazos y una estocada dieron paso al silencio del público.

Más alegría y movilidad en los primeros tercios exhibió el segundo, al que, sin embargo, le faltó mayor humillación y fijeza en esos primeros compases de la lidia. Tras un buen quite por chicuelinas de Ginés Marín, Cayetano se salió hasta más allá del tercio con toreros muletazos de trinchera y de la firma, calentando de primeras al público. A continuación, ligó las series sobre la mano derecha con templanza y buen acople. El toro embistió a media altura pero se prestó al lucimiento por su movilidad y repetición. No fue igual por el lado zurdo, cazando en la segunda serie al torero, que giró sobre los pitones y salió del trance con la cara ensangrentada y una cornada en el tercio inferior del muslo izquierdo. Tiró de raza el torero, que aun dio una serie más sobre la mano derecha antes de enterrar el acero en una gran estocada. Fue premiado con las dos orejas cuando ya había ingresado en la enfermería.

El tercero, primero de los de Juan Pedro, fue devuelto a los corrales tras lesionarse una mano durante el segundo tercio. En su lugar salió el que estaba previsto como sexto, con el hierro de Parladé, que se arrancó de largo al caballo aunque apenas fue castigado. Muy dispuesto, Ginés Marín arrancó su faena en los medios, con mucha firmeza, poniéndose a torear de primeras. El toro fue exigente, sacó carácter y embestía cuando se le citaba en la media distancia pero según avanzaban las series se agriaba y se descomponía. Ginés buscó el triunfo en todo momento, haciendo gala de quietud y seguridad en una labor de gran mérito. Aguantó parones y, sobre todo con la mano derecha, toreó amarrado y bien. Si no pincha hubiese tocado pelo.

Nadie veía al cuarto. Nadie, salvo Ponce. La ciencia lidiadora del valenciano hizo romper al toro, que acabó embistiendo por momentos con ritmo y compás. Ligó los muletazos sobre la diestra, descolgándose de hombros y toreando con enorme gusto. Algún natural fue de soberbia factura. Como otros que llegaron después citando con el envés de la muleta, alguno de ellos de antológico temple. Su labor fue todo un derroche de inventiva, fantasía y originalidad. El toro acabó rindiéndose a la supremacía del valenciano, que finalizó con redondos ejecutados con la pierna flexionada que pusieron la plaza en pie. Trasteo siempre a más. E inagotable capacidad de sorpresa e inteligencia del de Chiva, que dejó una estocada -de la que el toro tardó en doblar- y fue premiado con un trofeo.

Feo el quinto. De hechuras y de embestida. Sin emplearse, sin transmitir, con las fuerzas justas… Ante ello, Ginés Marín no pudo más que mostrar buena voluntad. Capítulo sin brillo y sin mayor historia.

El sexto, de aires ‘condesos’ por su morfología, embistió mejor por el lado derecho en los primeros tercios. Por ahí arrancó su faena de muleta Enrique Ponce, que toreó abandonado desde el principio con ritmo, suavidad y relajo. Con la figura erguida, vertical, casi sin toques, fue ligando los muletazos por ese lado entre el clamor del público. Esa primera mitad del trasteo fue lo mejor de su labor. Luego, le costó entregarse al juampedro, ante el que se arrimó de verdad Ponce en un final de máxima entrega. Un abaniqueo por la cara puso al público en pie. Lástima que la espada resbalara con una banderilla en el primer viaje, dejando después medio espadazo refrendado de un golpe de verduguillo. La ovación para el de Chiva fue clamorosa, tanto, que se animó a dar la vuelta al ruedo.

Zaragoza, miércoles 11 de octubre de 2017. Feria del Pilar. Toros de Juan Pedro Domecq (el 5º jugado como sobrero tras devolverse el 3º y correrse turno) y Parladé (1º, 2º y 3º bis). Desiguales de presentación y juego. Enrique Ponce, silencio, oreja tras aviso con petición de la segunda y vuelta al ruedo en el que lidió por Cayetano; Cayetano, dos orejas en el único que mató; y Ginés Marín, ovación con saludos y silencio. Entrada: Casi lleno. Jesús Díez “Fini” y Manuel Izquierdo saludaron tras parear al 3º e Iván García y Alberto Zayas hicieron lo propio tras banderillear al sexto.

PARTE FACULTATIVO DE CAYETANO. “Herida por asta de toro a nivel de la cara interna del tercio superior del muslo izquierdo con orificio de entrada de 6 cm. y tres trayectorias: una superior que llega hasta el pubis, otra posterior de 10 cm. que desgarra las fibras de los músculos aductores y otra inferior de 20 cm. que dislacera las fibras del cuádriceps. Profusa hemorragia a expensas de vasos musculares de pronóstico grave que sí le impide continuar con la lidia”.

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