FERIA DE SAN ISIDRO

Tres héroes en Las Ventas ante una correosa corrida de Dolores

La terna sobrevive a una peligrosa corrida del emblemático hierro; destaca Rubén Pinar por su sereno oficio
Gonzalo I. Bienvenida
domingo 27 de mayo de 2018

Fotos: JAVIER ARROYO

Tras recordar al maestro Marcos de Celis en el minuto de silencio por su muerte apareció por chiqueros un serio toro de Dolores Aguirre. Acapachado, grande, hondo. Se emplazó de salida. Rubén Pinar lo paró con oficio, embarcando y llevándolo. El toro se frenó sin pasar fácil. En varas protagonizó una buena pelea en el caballo de Daniel López. Sin terminar de empujar abajo pero embistiendo con fuerza en los dos encuentros. En banderillas cortó y midió. Resolvieron Miguel Martín y Víctor Manuel Martínez con arrestos. En la muleta Rubén Pinar se dobló con él. El toro embestía a arreones después de venir gazapeando. Un trago. Además reponía con encastada codicia entre muletazo y muletazo. Rubén Pinar se la jugó tirando de cada exigente embestida. La colocación fue clave y el esfuerzo importante. Con la izquierda la embestida era más agria todavía. Se acordó del maestro de su tierra cruzándose constantemente al pitón contrario. Importante labor del albaceteño. La estocada llegó tras dos pinchazos. Saludos.

El segundo de Dolores Aguirre estaba en la morfología de los toros clásicos que pastan en la Dehesa Frías. Alto, con pecho, enseñando las palas, muy ofensivo. Fue muy abanto de salida. José Carlos Venegas resultó desarmado cuando se hizo presente por lo que lo paró por abajo el subalterno David Adalid. El toro comenzó entonces con las oleadas que marcarían su lidia. En el caballo empujó a media altura y con un solo pitón, pero se arrancó con alegría. En banderillas hizo a las cuadrillas pasar un quinario por sus preocupantes esperas y sus duras arrancadas. De nuevo hizo cosas de manso cuando Venegas le planteó la faena. Arreones que terminaron en un derrote en la jurisdicción del torero y luego una carrera desesperada. Durante la faena desarrolló sentido y Venegas hizo un esfuerzo para aguantar que se viniera por dentro casi siempre y con la cara por las nubes. La estocada cayó baja y el toro al sentir el hierro pegó el peligroso arreón de manso en su último aliento. Saludos.

También estuvo en el tipo de la casa el tercero. Un toro largo, con alzada, ancho de sienes, tocado arriba de pitones. Gómez del Pilar se dispuso a recibirlo a portagayola sin todavía saber que se iba a enfrentar al toro más difícil de los lidiados hasta hora en este San Isidro 2018. El toro evitó el trance del capotazo de rodillas barbeando las tablas. La actitud huidiza la mantuvo durante toda su lidia. No se dejó picar en una huída constante. Pepe Aguado y Sangüesa trataron de taparle la salida. La cuadrilla entera hizo un esfuerzo, desde Aguilera en la brega hasta Macías y Cobo tanto en banderillas como ayudando con sus capotes. Gómez del Pilar brindó al público y vio como a las oleadas de manso se añadió un viaje escaso. Del Pilar quisó en todo momento, demostrando superioridad. Por la cara el toro no quiso nada poniendo en apuros al matador. Lo estoqueó con habilidad. La ovación agradeció el inmenso esfuerzo.

Muy amplio fue el cuarto de Dolores Aguirre. Bastote, abierto de cara, muy serio. Rubén Pinar lo lidió con el capote de salida aguantando frenazos y miradas. El toro apuntó debilidad de remos. Se le pegó en el caballo y se lidió en banderillas en terrenos del 5. Pinar trató de imponerse a base de oficio pero el toro fue reservón, poco humillador y su recorrido muy cortito. No aparentó el peligro que tuvo. Pinar resolvió. Silencio.

El quinto fue un pavo. Cuajado, feote, descarado. De salida fue muy suelto, como sus hermanos. Rehusó de los capotes y las cuadrillas hicieron gestos de que el toro no veía bien. En el tercio de varas hubo que picarle en la contraquerencia. El toro empujó con todo en un largo puyazo con mucha emoción. Ahí se acabó el toro. No se volvió a emplear del mismo modo. David Adalid saludó una ovación tras dos arriesgados pares. Todo voluntad fue José Carlos Venegas que trató de estar por encima del duro toro de Dolores que se frenó sin celo verdadero para seguir la muleta. Muy poco recorrido y con la cara a media altura. Rebañó con peligro. Venegas aprobó el agrio examen. Estocada contraria y tendida. Saludos.

Gómez del Pilar volvió a la puerta de chiqueros para esperar al sexto. Fue el único que salió con viveza. Menos mal. Otro toro alto y con imponente seriedad. Manseó como el conjunto de la corrida. Un nuevo examen para las cuadrillas que trataron de resolver las dificultades. Gómez del Pilar inició su labor por abajo. El toro la tomó con transmisión en el inicio. Pero fue una gaseosa. A partir de ahí derrotó con agresividad y no permitió lucimiento alguno. Huyó a toriles donde se echó en tres ocasiones en una laguna de casta insólita. Silencio.

Madrid. Domingo 27 de mayo de 2018. Feria de San Isidro. Toros de Dolores Aguirre, bien presentados, muy serios y cuajados. Con exigencia y mucha dureza dentro de su mansedumbre. Rubén Pinar, saludos y silencio; Venegas, saludos en ambos; Gómez del Pilar, ovación y silencio. Entrada: Dos tercios de aforo. Se guardó un minuto de silencio en recuerdo del torero palentino Marcos de Celis. Saludó tras parear al quinto David Adalid.

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