La semana pasada Morante de la Puebla estuvo tentando en tierras portuguesas y visitando la plaza de toros de Campo Pequeno. El sevillano toreó en la ganadería Río Frío, propiedad del maestro José Samuel Lupi. Vestido de corto, camisa con chorreras, sombrero al estilo gallista, de ala ancha y copa alta, de vez en cuando una calada al puro para dar rienda suelta a su creatividad. Y a fe que lo hizo, con las coloradas y con la negra para deleite de los privilegiados que pudieron presenciarlo.
Después tuvo un encuentro con un grupo reducido de prensa en Campo Pequeno, el escenario donde el 5 de julio hará el paseíllo junto a José María Manzanares y el rejoneador Joao Telles hijo, con toros de Paulo Caetano. “Espero que ese día en Campo Pequeno sea una noche grande de arte”, deseaba en voz alta el sevillano ante la prensa. “Es más complicado torear aquí, los toros llegan más ásperos a la muleta, da igual que sean banderilleados, pero falta picarlos, eso le da otro tempo a la lidia, permitiría más temple en la faena”, asegura Morante, tal y como recoge el portal Farpas, que relata el encuentro de Morante con los medios.
Para ese día, Morante ha desvelado que han invitado al rey emérito, Juan Carlos I, que ha mostrado su interés en asistir, y al presidente de la república portugues, Marcelo Rebelo de Sousa, al que por cierto Morante quiere regalar un traje de luces: “Me gustaría llegar a Lisboa en la víspera de la corrida y ofrecer un traje de luces al presidente Marcelo. Es un presidente afable y me gusta cómo se relaciona con los portugueses”.
El sevillano también habló de su admiración por Joselito y Belmonte, del movimiento antitaurino y desveló su deseó de volver a torear en Barrancos, localidad portuguesa donde sí se matan los toros a estoque. “Me gustaría volver a torear allí, estuve de novillero junto a Antonio Ferrera. Allí se matan los toros, pero no se pican… una cosa rara”, señala el sevillano.
