Pablo Aguado dejó una huella honda en la corrida del viernes en Sevilla. El torero hispalense cuajó dos extraordinarias faenas a los dos toros de Jandilla que le tocaron en suerte, a los que desorejó por partida doble.
“Llevaba todo el invierno pensando en algo así. Es para lo que uno entrena y hace tantos esfuerzos”, contaba feliz Aguado tras cortar las dos orejas a su primero. “He tenido la suerte de que me ha salido ese toro con esa embestida y hay que darle mérito porque llevaba dentro mucha calidad. Ha sido muy bonito”. En su segundo remató su gran tarde con Oceánico, sexto de la tarde, al que el sevillano lanceó de forma sublime a la verónica y lidió con calidad con la muleta, logrando arrebatarle las dos orejas. “Todavía no soy consciente, pero es algo soñado. He hecho lo que he creído en cada momento, sea mejor o peor. Pero esto ha sido el principio. Las figuras siempre han dicho que lo difícil de esto es seguir así”, aseguraba el torero.
Pablo Aguado abrió este viernes la Puerta del Príncipe de Sevilla, al grito de “torero, torero” de los aficionados que le acompañaban en su salida a hombros de la Maestranza.
