La revolera

¡Por fin!

Redacción APLAUSOS
jueves 17 de marzo de 2011

Cinco corridas (5) han hecho falta para que salte al ruedo de la valenciana calle de Xàtiva ese bien tan escaso que es la casta. Seis toros con la emoción y la seriedad que prestan a la Fiesta los toros encastados…

Cinco corridas (5) han hecho falta para que salte al ruedo de la valenciana calle de Xàtiva ese bien tan escaso que es la casta. Seis toros con la emoción y la seriedad que prestan a la Fiesta los toros encastados. Unos bravos y nobles y otros con las complicaciones que suelen ofrecer los bureles con la casta necesaria para merecer el nombre de bravos. Ninguno de ellos recordó a la tonta de la pandereta, bobalicona y descuajeringada, que permite darse paseítos por el ruedo, timarse con el público y sonreír a los fotógrafos. Con los toros de Ricardo Gallardo hay que poner en juego los cinco sentidos, y uno más si es posible. Pero el premio es la seriedad y el respeto con que el espectador mide a los toreros que los lidian.

A toro por corrida como en las otras cuatro (tres y una novillada) no salimos del bache. Una oreja con un toro de Fuente Ymbro es un triunfo importante y a veces hasta una ovación con salida al tercio significa un “pase usted torero, que se ha ganado la libre circulación”. Por eso no se entiende por qué no se disputan las figuras los toros de Gallardo. O se entiende demasiado bien. Como tampoco se comprende cómo los ganaderos de moda no hacen cola en casa de Ricardo para que les explique los componentes de su fórmula magistral, o al menos para que les venda un cuarto y mitad de tan preciado bien. Enhorabuena ganadero. Y felicidades a la afición valenciana, que por fin ha visto una corrida de toros bravos.

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