BENLLOCH EN LAS PROVINCIAS
Chinchón o cuando el marco también sumaChinchón o cuando el marco también suma

Otoño, tiempo de rupturas y festivales

José Luis Benlloch
domingo 20 de octubre de 2024
De Bienvenida a El Cordobés o cuando los veteranos testaban en los festivales las posibilidades de una vuelta a los ruedos

Ahora que Jaén ha echado el cerrojo a la temporada -ya saben, San Lucas cancerbero del año taurino- comienza el tiempo de los festivales, también del baile de apoderados, que por mucho que las partes quieran edulcorar la cuestión a golpe de comunicado, se deseen suerte, agradezcan los esfuerzos realizados y valoren la experiencia vivida, nunca es tan feliz, siempre (o casi) es por falta de contratos y por ende de parné. Así que salvo excepciones nadie hace sangre en el adiós, para qué… La realidad es que el sector está descapitalizado y salvo para las figuras, pasaron los tiempos de gloria y fortuna. Esa es la madre del cordero teniendo en cuenta que el amor al arte por mucho que se tenga no es suficiente (ni justo) siquiera para sobrevivir, de tal manera que se impone probar en otras trincheras. Y ante ello más que dar rienda suelta a la rabieta lo importante es dar con una nueva vía y si hay rabia se digiere en privado porque quién sabe si en un futuro… En este ejercicio se han devuelto ya las cartas y los rosarios si los hubiere Zúñiga y Marín, Daniel Luque y Juan Bautista, Rafaelillo y Lloret, Pinar y la dupla Miranda-Carrión, Mario Navas y Manolo Sánchez, y a última hora Santiago López-Juan Ruiz con Nek una vez cumplidas las expectativas de Santiago de llevarle hasta la alternativa sin costos ni déficit alguno. El torero por su parte se mostraba agradecido “hemos vivido momentos muy bonitos” y esperanzado con el futuro “la llave de mi futuro será mi muleta”.

Juan Mora, este sábado en el festival de Chinchón. Foto: Iván de Andrés

Juan Mora, este sábado en el festival de Chinchón. Foto: Iván de Andrés

Y en ese impasse invernal, tiempo en que salen las canales que es como los taurinos clásicos llamaban a los tiempos de frío y lluvia, tocan los festivales. Los hay tradicionales, el de Chinchón que lo inició Marcial y lo continuó Aparicio y otros matadores, cuyo escenario en la plaza mayor -un lance de Antonio Bienvenida bajo las balconadas corridas de las casonas del pueblo- dio lugar a uno de los carteles más legendarios de promoción del turismo español cuando lo dirigía Fraga Iribarne, y por si fuese poca referencia hasta sirvió de plató cinematográfico en “La vuelta al mundo en ochenta días” de Cantinflas, David Niven y Shirley MacLaine nada menos. Un caso y otro tratan de cuando los toros no espantaban a melifluos y demás especímenes de la modernidad. Por allí han pasado los más importantes toreros de cada época que echaban esa tarde a ayudar a la gente del asilo que es tarea que muchos de los melifluos obvian.

Benéficos, benéficos

También los hay puntuales que salen al paso de eventos y necesidades, como cuando el Nevado del Ruiz, o la Riada del 57 o la Pantanada de Tous por citar dos de los más allegados a esta tierra. Los había también que sustentaban entidades benéficas como el Montepío de Toreros, que tenía una versión nacional que inventó Bombita cuando no existía la seguridad social y los toreros, especialmente los más modestos, quedaban a la intemperie asistencial cada vez que los corneaba un toro y por cuya presidencia se sucedían la figura de cada momento (era un honor) y había una versión valenciana del mismo que sustentaba el patriarca Paco Peris, todo un personaje, que con el respaldo de los doctores Felipe de Luz y posteriormente José María Aragón, atendía las cornadas y también las urgencias familiares que eran muchas, hasta convertirse por méritos propios en los grandes protectores de los menos favorecidos.

Los hay también divertidos, los que surgen entre amigos; los de una vez y no más porque nadie garantiza el éxito económico y llegado el caso a ver quién apechuga; están los que podíamos llamar oportunistas que nunca se sabe con qué interés se montan o sí; los hay (importantes) que encuentran su ecosistema en la España rural, estos se montan en las fiestas patronales y permiten llevar matadores en horas bajas a plazas donde de otra manera no hubiesen ido y permiten a la vez que esos matadores vayan recuperando el sitio ante los toros y salvando su economía.

El encanto de los veteranos

Los festivales tienen un interés especial cuando dan entrada a matadores retirados, opción que permite que los aficionados jóvenes y matadores puedan disfrutar de los modos toreros de otro tiempo y no han sido pocos los que animados por el éxito sucumbieron a la tentación y decidieron volver. Pedrés reapareció en los años sesenta tras un triunfo memorable en el festival que en jornada de mañana y tarde organizaba Balañá en Barcelona (añorada Barcelona, que le disputaba a Madrid la capitalidad del toreo y los triunfos en aquellas plazas, Monumental y Arenas, se cotizaban como en ninguna otra), día en el que el albaceteño mostró una versión renovada de su toreo que nada tenía que ver con el toreo explosivo de su primera etapa (había entendido el toreo toreando en el campo); Luis Miguel y Antonio Bienvenida testaron el ambiente que les esperaría en una hipotética reaparición, en otro festival en Madrid y viendo la acogida dieron el paso adelante; El Cordobés desistió de un plan de vuelta semejante tras una desafortunada actuación en Madrid en la que estoqueó un novillo de Carlos Núñez muy malo y se dejó en corrales otro del mismo hierro muy bueno con el que triunfó a lo grande Joselito, detalle que fue una manera clara de cerrar una época y abrir otra, desde un festival. Claro que fue en Madrid. Poco ha cambiado. Ahora, en este tiempo de festivales y rupturas, de sueños y penas, un año más el toreo comienza a florecer en otoño.

Danvila y El Ciento, vuelta por un día

Los valencianos Vicente Danvila y José María Fijo “El Ciento”, novillero y matador de toros respectivamente, volverán a los ruedos por un día en la plaza mejicana de Moroleón, en un festival benéfico que se celebrará el próximo 17 de noviembre. En el mismo se lidiarán novillos de San Martín y están anunciados matadores aztecas de mucho cartel como Israel Téllez y Fermín Rivera, entre otros. Los beneficios van destinados a las labores asistenciales de DIF, institución que promueve la protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes en aquel país.

Sueño cumplido en Ondara

El aficionado práctico José Luis Ortiz, reconocido jurista valenciano, cumplió su sueño de torear en público un festival y lo hizo en una plaza donde había actuado su padre en los tiempos de novillero. Estuvo rodeado de matadores amigos y a beneficio de una causa cargada de altruismo, ayudar a una entidad asistencial, Abracadabra, que atiende las necesidades de los magos. Hubo orejas para todos, me cuentan que una excelente faena de Manolo Carrión y un final feliz en el que contó y mucho volver a abrir a los toros una plaza secuestrada por los anti.

Miguel Giménez, buena temporada

El matador de toros valenciano Miguel Giménez sigue haciendo temporada por plazas peruanas. Crucero y Nuñoa han sido los cosos donde ha hecho el paseíllo en el último fin de semana. En la primera en festejo en honor a la Virgen del Rosario, se proclamó triunfador cortando las dos orejas de su primer oponente alternando con Ángel Giménez, en la segunda estuvo a buen nivel con otras dos orejas. Ese segundo circuito de cosos peruanos permite a los espadas mantener encendida la vela de la ilusión y forjar su oficio para reintentar la escalada en las plazas españolas.

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