Jerezano, vizcaíno y francés se reparten tres, dos y dos orejas respectivamente de una notable corrida de Joselito, con cuatro ejemplares con posibilidades.
GALERÍA FOTOGRÁFICA DEL ROLAND COSTEDOAT
Iván Fandiño no se detiene. En su segundo paseíllo de la feria, el de Orduña cuajó una soberbia faena al quinto de la tarde que le valieron las dos orejas. Padilla, que fue el triunfador numérico del festejo con tres trofeos, y el local Thomas Dufau, con dos, salieron en volandas junto al vizcaíno por la Puerta Grande. Importante corrida de Joselito por su movilidad y calidad en el último tercio.
Juan José Padilla paseó la primera oreja de la tarde. El jerezano sorteó un buen toro, que se desplazó en el capote y cumplió en el primer tercio. Padilla banderilleó con facilidad y solvencia, muy aplaudido. Antes, firmó un quite por chicuelinas al que dio réplica Fandiño, también por ajustadas chicuelinas. El toro tuvo movilidad y clase, lo que ayudó al torero a iniciar la faena de hinojos, sin embargo, fue perdiendo fuelle a medida que avanzó el trasteo. Padilla optó por un toreo de cercanías, muy efectivo y que caló en cierto sector del público.
El cuarto fue hasta su lidia el animal más completo de la tarde. Noble, repetidor, con recorrido, tuvo emoción en sus arrancadas desde salida. Padilla cuajó un excelente tercio de banderillas, con tres pares de nota alta. Al hilo de las tablas y a pies juntos, abrió una faena entusiasta, entregada y en la que toreó con templanza, reposo y asiento sobre ambas manos. Los muletazos surgieron largos y con limpieza, sin dejarse tocar el engaño. Ceñidas fueron las manoletinas, antes de una estocada trasera como colofón a su labor. Dos orejas.
Iván Fandiño sorteó en su primer turno un toro manejable pero sin transmisión y que pronto se fue viniendo a menos. El de Orduña anduvo sereno, tratando de ayudar a romper al toro que nunca lo hizo. Faena correcta pero sin lucimiento. No desaprovechó las notables condiciones del quinto. El de El Tajo fue un toro con calidad, fijeza y movilidad que permitió al vasco cuajar una faena maciza, poderosa, de mando y gobierno sobresalientes. Sobre la diestra supo sujetar al toro en tandas ligadas y de gran intensidad. Brilló al natural, muy encajado, bien colocado, sin ventajas. Hubo reunión. Dos series sensacionales. Faena honda y de muchos quilates. Un pinchazo previo a la estocada no impidó al de Orduña pasear dos orejas de ley.
El tercero, con el hierro de El Tajo, fue un toro bien hecho, al que Dufau recibió con decisión con una larga cambiada y un buen manojo de verónicas. Se arrancó con alegría al caballo, recibiendo poco castigo. La virtud de la faena del torero local fue enseñear al respetable la prontitud y la alegría del toro, citándolo de lejos para cuajar series ligadas, completas y bien rematadas. Muy bien al natural Dufau, que dejó muletazos templados y de buen trazo. El toro, con mayor fijeza y duración que sus hermanos, permitió al francés cortar una oreja. El sexto castaño sexto que puso punto final a la función fue un animal tan noble como flojo. Salió a por todas Dufau, que se fue a portagayola, inició su labor en los medios con un par de cambiados por la espalda, y trasteó con variedad y templanza. Destacó una serie al natural por su suavidad. Oreja.
Mont de Marsan, viernes 19 de julio de 2013. Toros de El Tajo (3º y 5º, buenos, 6º, noble pero flojo) y La Reina (1º, con movilidad y clase; 2º, deslucido; 4º, bueno). JUAN JOSÉ PADILLA: Oreja y dos orejas; IVÁN FANDIÑO: Silencio y dos orejas; THOMAS DUFAU: Oreja y oreja; Entrada: Lleno de no hay billetes.