FERIA DE SAN ANTOLÍN

Palencia se rinde al toreo de Ginés Marín

Enrique Ponce, que triunfa junto al extremeño, vuelve a mostrar su maestría con una nueva puerta grande
Manuel Illana
sábado 01 de septiembre de 2018

Comenzó el festejo con un buen toro de Montalvo, noble y con mucha calidad, que sirvió en las manos de Enrique Ponce, que realizó una faena llena de elegancia, prestancia y cadencia. El valenciano inició su actuación con un toreo al natural profundo, alternando las series en redondo hasta componer una faena a más en la que el público se entregó por completo. El temple, la suavidad, y, en definitiva, la maestría, fueron los otros pilares sobre los que se cimentó una obra rematada de una estocada entera precedida de un pinchazo.

Recibió con mucha torería y profundidad Perera al segundo, un toro que sirvió en los primeros compases de su lidia pero que después fue desfondándose a medida que llegaba al último tercio. Brindó su faena al público, entregado desde el primer instante con el matador, firmando lo más lucido en el inicio de faena donde destacó su toreo vertical. El extremeño lo intentó sobre ambos pitones pero el toro se paró, imposibilitando mayor lucimiento. Calamitoso Perera con el uso de los aceros.

También noble y con clase el que hizo tercero, fue recibido por Ginés Marín con un saludo muy torero y con gusto. Después, con la muleta, el extremeño cuajó un trasteo sobre ambos pitones compacto en el que la profundidad, y, también la gracia, fueron pilares esenciales en la interpretación del toreo. Improvisó en la cara del toro con una faena que caló en el público y con la que dejó constancia de quequiere ser grande en el toreo. Estocada entera y oreja con fuerte petición de la segunda.

No brindó Ponce el cuarto, lo que hizo sospechar que el toro no era de triunfo pero en manos del valenciano la historia fue bien distinta, ya que volvió a cuajar una actuación llena de suavidad, temple, gusto y buenhacer. Trasteo sobre ambos pitones en el que aplicó su ciencia y experiencia en una faena perfecta ante un toro noble, Remató de media estocada y logró una oreja que le abrió la puerta grande.

Con el quinto resultó imposible lucirse. Deslucido, poco colaborador y muy informal, Perera solo lo pudo intentar en una actuación que nunca pudo alzar el vuelo y que para colmo fue rematada defectuosamente con los aceros.

Cerró plaza un excelente toro de Montalvo, que fue la materia prima idónea para el triunfo de Ginés Marín, quien dejó claro en Palencia que es un torero con mucho por decir. Grande fue el toro, que empujó con bravura en el caballo, y a más su comportamiento en la muleta, lo que valió para que Marín cuajase una obra llena de gusto, torería y presidida en todo momento por la sinceridad, la suavidad y la elegancia en la forma y hondura de interpretar su toreo. Extraordinaria actuación premiada con el doble trofeo y la vuelta al ruedo del toro de Montalvo. Ambos firmaron un broche de oro.

Palencia. Feria de San Antolín. Sábado 1 de septiembre de 2018. Toros de Montalvo, bien presentados y de buen juego, destacando el que cerró plaza, extraordinario. Enrique Ponce, oreja y oreja; Miguel Ángel Perera, silencio en ambos; Ginés Marín, oreja y fuerte petición de la segunda y dos orejas. Entrada: Dos tercios de plaza. El toro que cerró plaza fue premiado con la vuelta al ruedo, de nombre Cantor, herrado con el número 54, de 577 kilos y nacido en 09/14.

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