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Patrimonio Cultural, Malgré Tout

El Partido Socialista Obrero Español ya hace tiempo que perdió la “O” y ayer se quedó también sin la “E”. El ex PSOE continúa sin saber lo que quiere ser de mayor. Su abstención en la votación del Senado que declaró la Fiesta de los Toros como Patrimonio Cultural fue una inconsecuencia más de ese caballero de la triste figura que tiene de líder. Basta recordar las fotografías del caballero en cuestión con el G10. ¡Cómo estiraban todos el cuello en presencia de Rubalcaba! Y hay que ver lo maqueados que se presentaron al feliz encuentro. Todo eran sonrisas y promesas. Se avecinaban unas elecciones y el hombre estaba dispuesto a tragarse un sapo cada mañana a ver lo que caía.

Luego, ni-si-ni-no-ni-blanco-ni-negro. Están clavadas dos cruces en el monte del olvido. ¿En eso no iba a mentir el infrascrito? ¡Qué dirían los vecinos si se hubiera confirmado como hombre de palabra, demostrando que había dicho una verdad aunque solo fuera una vez en su vida! Así les luce el pelo a los escombros de Zapatero en las encuestas de perspectiva de voto. A Rubalcaba le bastan cuatro inconsecuencias más para acabar con un partido que fue poder y sin él y sus traficantes lo volvería a ser.

Pero ni los intereses partidarios del socialismo carpetovetónico ni la inquina antiespañola del republicano-pujolismo podrán jamás con una Fiesta que está en el sentir de la mayoría del pueblo español. ¿Y quieren que les diga una cosa? El único que puede impedir ahora que vuelvan los toros a la Monumental de Barcelona es Pedro Balañá. Que para defender sus otros negocios será capaz de ponerse al lado de los abolicionistas. Al tiempo pongo por testigo.