La Rotativa del periódico Las Provincias se llenó hasta la bandera para presenciar el homenaje a Enrique Ponce que este medio de referencia en Valencia ha organizado de cara a su adiós en los ruedos el próximo 9 de octubre en la plaza de toros de su tierra. Con una fuerte ovación fue recibido por sus paisanos a su llegada a este Aula Las Provincias, acompañado por sus familiares y arropado por personalidades de la talla del presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, o el director de Gabinete de Presidencia de la corporación provincial, Vicente Huet. Tampoco faltaron a la cita el ganadero y presidente de la Fundación Toro de Lidia, Victorino Martín, así como el torero Vicente Ruiz “El Soro” y los principales directivos de la cabecera.
Introdujo el acto el periodista de Las Provincias, Héctor Esteban, que rememoró las raíces de Ponce en su Chiva natal. Continuó después nuestro director y crítico taurino del citado rotativo, José Luis Benlloch, que realizó un completo, detallado y riguroso recorrido sobre la figura de Enrique Ponce y su trayectoria antes de moderar una charla en la que participó Víctor Zabala de la Serna, gerente del coso de la calle Xàtiva.
“Cuando empiezas de niño sueñas con lo más grande; llegar a figura es casi un milagro pero aguantar arriba… eso es lo difícil. Toda mi carrera me he alimentado del toro, del compromiso con el toreo y del afán de superación”, dijo en primera instancia.
“Tenía claro desde niño el toreo que me gustaba y el que quería hacer. Siempre he querido torear como estoy toreando ahora. El poso que da el tiempo es lo que hace torear de una manera especial. Siento que al final de mi carrera he podido torear como soñaba”, afirmó respecto a su concepto del toreo. Esa reflexión introdujo un vídeo con imágenes del niño Ponce en Monte Picayo, donde causó un verdadero impacto, entre otros, a Vicente Zabala, padre de Víctor, quien dijo sobre el torero: “Lo ha tenido todo. Siempre he admirado su capacidad. En mi familia hemos sido muy admiradores de Ponce. Es impresionante los retos que ha asumido desde muy joven”.
El valor y los miedos centraron parte de la charla, también su capacidad delante de los toros durante toda su carrera. “He basado el valor en un conocimiento. El valiente de verdad es el que tiene miedo y lo supera. En las tardes que pasas más miedo, más valor tienes que tener”.
En sus intervenciones, El Soro recordó la competencia que mantuvo con Ponce en una época dorada para Valencia, con varios mano a mano en octubre con corridas de Cebada Gago; y Victorino Martín afirmó en su intervención que no podía faltar a la cita porque había que corresponder a la generosidad que siempre tuvo Ponce con el toreo. “Has sido muy grande, una leyenda del toreo. Te vamos a echar de menos”, aseguró.
De entre las muchas tardes memorables que ha firmado en la plaza de Valencia, Ponce resaltó la del 28 de julio de 1990 cuando afrontó seis toros como único espada tras caerse del cartel Roberto Domínguez y El Soro. “Fue clave en mi vida. Cuando llegó Juan -Ruiz Palomares, su apoderado- a la habitación a las cuatro de la tarde me planteó una de las decisiones más trascendentales, que fue aceptar o no torear los seis toros. Llevaba cuatro corridas de matador -tres en Valencia y otra en Cadalso de los Vidrios-, tenía 18 años y muchas dudas de si iba a poder con los seis toros. Al primero le corté las dos orejas y después del tercero cayó un diluvio… los banderilleros me decían: “Vámonos, que tenemos la puerta grande”… Pero me vine tan arriba que quise torear los tres que quedaban que era todos cinqueños y muy serios. A partir de ahí toreé veinte corridas lo que quedaba de año -no tenía ni una firmada antes de los seis toros-. Repito, esa corrida y ese año fue clave”.
En Valencia sufrió Ponce dos de los percances más graves de su vida. En 2014, con un toro de Victoriano del Río que le metió el pitón por la axila y le rozó la yugular, y en 2019, con una grave lesión de rodilla. “En el toreo se paga un tributo muy caro, puede ser con tu propia vida pero por eso no existe nada que se le parezca. Lo que ocurre en el ruedo, ocurre de verdad. No hay un lienzo más efímero que el ruedo”.
Vicente Mompó cerró el acto con unas cariñosas palabras hacia Ponce: “Eres un valenciano ejemplar, el mayor embajador taurino que ha tenido esta ciudad. Has llevado la esencia de tu tierra, sentimos un orgullo inmenso por tu carrera. Gracias por tu valentía, arte y por llevar Valencia en el corazón. Tu legado perdurará en esta tierra”.
Tras las fotos de familia de rigor, el artista Luis Alfredo entregó a Ponce el dibujo de su retrato que realizó en directo.