BENLLOCH EN LAS PROVINCIAS

Por favor dejen de embestir: Els bous son un sentiment

José Luis Benlloch
domingo 04 de septiembre de 2022
Se encelan en una tarea en la que ya fracasaron varios papas y hasta el régimen del general Franco, ¡vaya coincidencia!

Los accidentes en els bous al carrer de este verano han despertado en los sectores y grupos anti una furia abolicionista enloquecida y abyecta. A falta de tareas de mayor trascendencia social en las que aplicarse, piden explicaciones, exigen referéndums, transpiran la agresividad que ellos tanto dicen denostar y se encelan en una tarea imposible en la que ya fracasaron varios papas y hasta el régimen del general Franco, ¡vaya coincidencia! Entonces las gentes de nuestros pueblos esquivaban la prohibición recurriendo a eufemismos como el de anunciar els bous como exhibición de ganado vacuno, camuflándolos si surgía algún accidente como parte de una becerrada y hasta se contaba con la complicidad de la pareja de la Guardia Civil que casualmente a la hora de comenzar los festejos tenía tarea al otro lado del término municipal… y así los siguieron celebrando hasta llegar a las tremendas cifras actuales de trece mil festejos anuales, trece mil, que evidencia el arraigo social de estos festejos.

Más allá de mi condición de periodista en trance de comentar la actualidad, adelanto que Els bous, en la calle y en la plaza, son mi pasión. Y no quiero razonarla ni justificarla, no tengo porqué, a nadie se le pone en la tesitura de explicar por qué acude los domingos al fútbol donde si no cuida el itinerario es muy probable que un energúmeno ponga en peligro a su nieto o por qué se monta en una moto y desafía la ley de la gravedad hasta dejarse la piel incluso la sesera en el asfalto de cualquier curva o por qué ahorra media vida para empeñarse en unas escaladas de alto riesgo o en simples excursiones que tantas bajas ocasionan anualmente. Els bous son un sentimiento y los sentimientos están por encima de la razón, y desde luego tenemos derecho a que se nos respete. Legislen exigiendo la máxima seguridad posible, en nuestra Comunidad tenemos afortunadamente el reglamento más proteccionista y más avanzado, pero déjennos, respétennos, no quieran chalanear ni sacar rédito para sus intereses a costa de un sentimiento tan arraigado en la sociedad que, como una versión más de la tauromaquia, está recogido en la Constitución Española como patrimonio cultural de este país.

Decía que los toros son mi pasión como la de otros tantos hombres y mujeres de esta tierra, miles que ponen tiempo y dinero personal para que florezcan; crecí/crecimos esperando que apareciesen los carteles que anunciaban novilladas en las esquinas y lugares de costumbre de mi Benaguasil del alma o viendo pasar el bou embolat por la puerta de la casa de mis abuelos cual si fuesen deidades camino de una pagana fiesta y otro tanto disfrutaba en el pueblo de veraneo, siempre en un pueblo claro, porque el bou se entiende sobre todo desde el ambiente rural; más tarde, ya un jovencito deseaba emular las hazañas de los chicos mayores que jugaban y se la jugaban con el toro, soñé y como yo muchos, miles de chicos, en acompañar a los mayores a Javalambre a comprar vaqueta de las fiestas o a las dehesas de Andalucía cuando la recollida entre el vecindario había sido generosa porque las cosechas se habían pagado bien y/o había una fiesta grande que celebrar, porque se debe saber que els bous, en la calle y en la plaza, siempre van ligados a las devociones religiosas y al calendario agrario, estaba aceptado que los esfuerzos y sudores del campo se compensaban con fiestas de toros. Más tarde, cuando tuve la edad, empuñé una muleta cada vez que tuve ocasión, sentí desde muy cerca la fuerza de sus embestidas pespunteando la cintura de otros jóvenes, tuve la maldita oportunidad de llorar la muerte de un amigo con menos suerte que los que seguimos aquí. Por todo ello y por más sigo amando els bous y todos los años vuelvo a los pueblos por las fiestas grandes porque son mis fiestas y mi pasión, la que le transmito a mis allegados más chicos que cada vez son más, y ya sueñan con ir a elegir el toro de cada año o con coger una muleta. ¿Tengo que explicar más?… ¿Me tenéis que someter a referéndums ilegales y minimalistas, puro pariré, como se han hecho ya en varios pueblos ?…

En torno al toro hay muchos valores, hay camaradería, relaciones sociales, una generosidad que lleva a jugarse la vida para salvar a un colega en apuros, son una lección de vida… no entiendo por tanto que despierte las más bajas pasiones inquisitoriales en personas que ni siquiera lo conocen, de gentes que buscan el enfrentamiento frente a la concordia, de gentes que como la guitarra del mesón machadiano, un día toca jotas y el otro peteneras, un día se preocupan del supuesto maltrato animal con desprecio absoluto de las personas, ahí están esos mismos aplaudiendo la muerte del niño Adrián, y otras se preocupan de la seguridad de las personas; no entiendo la obsesión abolicionista dels bous que nos quieren imponer y que no aplican a los automovilistas de fines de semana cuyas muertes se cuentan por miles, ni he visto que quieran prohibir los baños en la playa porque este verano hemos tenido el infortunio de una sucesión dolorosa de ahogados, y menos aún se entiende que esos mismos torquemadas hayan olvidado ya la sima del Mediterráneo donde las personas siguen cayendo a chorros desde las pateras o soslayen directamente la opresión en la que viven las mujeres musulmanas. Su catadura moral solo les da para ir contra els bous, ya lo dijo el clásico, media España piensa y la otra media (no tantos) embiste, por favor dejen de embestir. Els bous son un sentiment.

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