Vaya por delante mi respeto y mi admiración a lo que suponen los sanfermines. Es la feria del toro, la exaltación del elemento básico de la Fiesta a la máxima potencia. Pamplona es el toro, para todo. Para verlo en los corrales del Gas, para correrlo por las mañanas, para verlo lidiar por la tarde y para desearle las buenas noches en el misterio de las sombras y los sonidos que es el encierrillo.
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