El Quiebro

Proyecto de bravura

Ramón Bellver 'El Blanco'
lunes 28 de febrero de 2011

Al sur de la provincia de Valencia, en el término de Mogente, en medio de un paraje lleno de vegetación autóctona, existe una tierra de buenos vinos, de cultura ibérica, de buena gente y desde hace pocos años, tierra de buenos toros…

Al sur de la provincia de Valencia, en el término de Mogente, en medio de un paraje lleno de vegetación autóctona, existe una tierra de buenos vinos, de cultura ibérica, de buena gente y desde hace pocos años, tierra de buenos toros. Allí residen los toros de los Hermanos Cali.

Al adentrarnos en la finca “Los Cali” nos damos cuenta de lo bien que quedan las cosas hechas con cariño y dedicación. Nos recibe su plaza de tientas de 26 m. de diámetro, en la cual podemos observar cómodamente la bravura de sus añojos, y si levantamos la vista, se pueden apreciar las más de 800 hectáreas que pertenecen a la finca y sus instalaciones que ocupan unas 250 anegadas. Sus dueños son hospitalarios como pocos con el visitante, nobles, de carácter sincero, pero bravos y valientes como sus animales. Dos hermanos con las ideas claras, conscientes que el camino elegido no es fácil, pero que con esfuerzo y afición seguro que consiguen sus metas. Han emprendido un proyecto de bravura complicado, han salido en busca del autentico ganado de corro que tantas alegrías han dado a nuestras calles valencianas. Quieren dar un “salto pa tras” en la genética y encontrar animales como aquellos que tenía Nadal Mas y Vicente Peris. Ganado con denominación de origen de Valencia, y que para nuestras calles, es de lo que más sirve, y para muestra un botón, los Hnos. Benavent. Las hechuras de este tipo de ganado son especiales, sobre todo en las hembras. Caja torácica grande, al igual que sus pezuñas, cabezas bien armadas, generalmente veletas y cornivueltas, altas de agujas y hondas. Todo ello junto con sus miradas penetrantes, que denotan una inteligencia fuera de lo normal, hacen que tengan un trapío bastante serio en líneas generales.

Ver la bella imagen de estos animales pastando por nuestras tierras prácticamente se ha perdido, y en la finca de los Cali se ha recuperado. Sacar las vacas a pastar no solo influye de manera positiva en su alimentación, también lo hace en el juego que dan en las calles. Les hace estar más fuertes, desarrollan una capacidad pulmonar correcta y aguantan mucho más en las exhibiciones, además, al verse ellas poderosas se crecen a la hora de embestir. Por lo tanto, las bases para el proyecto ya están bien cimentadas. Buenos pastos para el ganado, una rigurosa selección, una alimentación y sanidad cuidadas y sobretodo mucha afición. Así que mucho ánimo y a seguir con el proyecto.

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