A TRAVÉS DE UNA CARTA

Rafael González: “Si me quedé en el ruedo herido, fue por decisión propia”

Redacción APLAUSOS
sábado 04 de junio de 2022
"Lo hice de corazón, y lo hice porque lo que éste me dictaba era matar el toro de mi alternativa. Nadie de mi cuadrilla me instó a quedarme en el ruedo; es más, me animaron a ir a la enfermería", señala el torero

Rafael González tomó la alternativa el pasado jueves en la plaza de toros de Las Ventas. El mismo toro de su doctorado le propinó una cornada hacia el final de la faena, a pesar de lo cual decidió quedarse en el ruedo para rematar la faena. Ante los comentarios recibidos en redes sociales, el torero ha emitido una carta en la que recalca que la decisión de mantenerse en la arena fue suya y explica los motivos. El contenido íntegro del escrito es el siguiente:

La tarde de ayer fue la más importante de mi vida y, aunque mi sueño era salir a hombros por la Puerta Grande de la plaza en la que he tocado medio cielo en cinco ocasiones -en las cinco orejas que he cortado en este ruedo-, he decir que lo que ocurrió solo es un punto y seguido. Volveré. Y volveré más fuerte.

Y también he decir que si me quedé en el ruedo herido, fue por decisión propia. Lo hice de corazón, y lo hice porque lo que éste me dictaba era matar el toro de mi alternativa. Nadie de mi cuadrilla me instó a quedarme en el ruedo; es más, me animaron a ir a la enfermería. Lo que sí hicieron fue animarme cuando yo, personalmente, decidí quedarme en la arena en pie, algo que me hizo venirme arriba. Pero cuando el cuerpo no pudo más, no hubo más remedio que ir para adentro.

Hace tres meses, a falta de dos días de salir los carteles de Madrid, un hombre, Julián Guerra, accedió a hacerse cargo de mi carrera y pedir mi alternativa en San Isidro.

No lo conocía de nada, y pese a su enfermedad y estar en un momento difícil de su vida, tuvo el detalle de estar conmigo. Me he quedado en la plaza y en ningún momento, ni mi cuadrilla ni mi apoderado, me han coaccionado a hacerlo. Fue Julián el que, en varias ocasiones, me reiteró que me retirase del ruedo, pero mi libertad me llevó a quedarme ahí.

Tengo nueve cornadas en mis carnes, cinco orejas en Madrid, dos en Sevilla y una carrera como torero recién estrenada y lo que más me duele en estos momentos no es la herida del toro de mi alternativa, sino las críticas a un hombre que se ha entregado a mi persona en estos meses porque ha creído en mí cuando más lo necesitaba.

Rafael González, matador de toros

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