DESDE VISTA ALEGRE

Ricardo Gallardo vuelve a lo grande a Bilbao

Jorge Casals
martes 22 de agosto de 2023

Volvía Ricardo Gallardo a Bilbao, su gran feudo del norte conquistado a golpe de bravura, tras un año de descanso. Y reconquistó con toda la artillería de presentación y juego a la afición vasca, que se puso en pie para recibir a los seis galanes que salieron de toriles y para despedirlos con honores de grandeza en el arrastre. ¡Qué corridón de Fuente Ymbro! Hasta cinco toros de bandera, cinco, salieron a la cenicienta arena de Vista Alegre. Tras su exitoso paso por Pamplona, San Sebastián y ahora Bilbao, el norte sigue siendo territorio Fuente Ymbro.

¡Y las figuras mirando para otro lado!, no sea que les saquen de su zona de confort. ¿Hasta cuándo tendrá que soportar Gallardo tanto ninguneo? Qué injusto… cuánto pierde la Fiesta. Uno de los pocos que se ha mantenido fiel y que demostró por qué, es Miguel Ángel Perera. El tándem, una vez más de tantas, puso en valor la emoción de conjugar bravura con valor, o lo que es lo mismo, la magia de ver un toro encastado embestir a una poderosa muleta.

Su lote fue de locura. Qué toro hubiese sido el que abrió plaza de no haberse lesionado la mano. A pesar de eso, fue de ensueño. Su fijeza, la prontitud, la humillación, la codicia sincera… La calidad de este primero se complementó con la explosiva embestida del cuarto. Exigente de verdad, se encontró con un poderosísimo Perera, que le aplicó la fórmula exacta: planta asentada y corazón templado, por lo que el fuenteymbro acabó entregándose, con motor, con un ímpetu que mantenía al público en suspense. El carbón encendió la emoción. ¡Qué manera de perseguir la muleta!

Y de repente… Iluminado, que alumbró de bravura el fosco ruedo. Salió en segundo lugar y fue una delicia verle galopar con ese ritmo sostenido. Fue siempre a más, sacando un fondo de categoría, descolgado en su acometida. El pitón izquierdo llevaba un cortijo, colocando la cara para soñar el toreo. Incomprensiblemente el que anduvo opaco ante tanta luz de bravura fue Juan Leal, que no vio el camino ni con éste ni con el serio quinto, que también dejó ver sus virtudes cuando surcó la arena con los pitones, siempre por abajo.

Una pena que tanta bravura no fuese aprovechada, porque la del sexto, que tuvo para dar y regalar, acabó diluyéndose o aburriéndose como el ánimo de Valadez.

Difícil quedarse con el toro de la tarde, pues en la riqueza de matices y en tan amplio muestrario de bravura estuvo lo verdaderamente sabroso del festejo. Fuente Ymbro volvió a reinar en Bilbao ¡ojo a su temporada!, pese a que algunos miren de reojo.

¡Zorionak Ricardo!

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