El tiempo ha volado y por medio quedan ya 20 años desde que el torero Julio Robles “murió” sobre las arenas de la plaza francesa de Beziers…
…Sí, el torero murió esa tarde para siempre, con la gloria de los elegidos, mientras que el hombre aún permaneció otra década en el mundo dando una lección de señorío contra la adversidad, representando al torero muerto y recibiendo, con orgullo y admiración, a cuantos se acercaban a su persona para tributarle su admiración.
Julio Robles sigue vivo en la memoria de todo aquel que disfrutó con su torería, mientras su figura se acrecienta y vuelve a ser protagonista, como lo eran sus añoradas faenas de imperecedero recuerdo
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