ENTREVISTA

Roca Rey: “Hay tardes que definen tu trayectoria, hay que asumirlas con todas las consecuencias”

José Luis Benlloch
miércoles 13 de marzo de 2024
El peruano que lidera el escalafón del interés general está sintiendo en Valencia el calor del éxito; este fin de semana, sábado y domingo, hará el paseíllo en las Fallas con la máxima expectación

-Arranca la temporada, ponle apellido.

-La temporada de los retos.

-Suena bien.

-Te diría que es una temporada importante, pero me la tomo como mucho más que eso, para mí tiene mucho de reto. Cada temporada se vuelve más exigente y es algo que acepto, que entiendo como natural.

-Más experiencia, más reconocimiento, más exigencia.

-Hay que crecer en todo. En ese aspecto en esta nueva temporada me siento comprometido y me he impuesto el compromiso de poder torear en las ferias al máximo nivel.

-¿Qué significa estar al máximo nivel?

-Estar preparado, asumir las máximas responsabilidades, estar dispuesto a lo que sea.

-Eso tiene que ser duro.

-Con la ilusión que tengo se vuelve todo más fácil. Ya son ocho años de alternativa y es cierto que la exigencia va creciendo, pero lo acepto y lo asumo. Muchas veces me ha pesado esa exigencia y me han dolido muchas cosas, pero ahora esas mismas situaciones o cosas que a nadie le gustaría escuchar, me motivan. Me vuelven más fuerte.

-¿Por dónde puede mejorar Roca Rey?

-Por todos lados. Siempre se puede mejorar.

Andrés Roca Rey, el peruano que lidera el escalafón del interés general está sintiendo en Valencia el calor del éxito. Lleno rebosante en el Ateneo Mercantil donde, convocados por Las Provincias, compartimos una charla abierta sobre lo divino y lo humano del toreo, y del propio Roca Rey; y mayoría absoluta en el plebiscito de las taquillas de la próxima feria de Fallas en la que aficionados y público en general le ha señalado abiertamente, al punto que los empresarios auguran dos llenos totales que derribarían la barrera de si tiene fuerza para una o para dos tardes.

-Vayamos al ruedo. Hablemos de métrica.

-Hablemos.

-¿Faenas largas? ¿Faenas explosivas?

-Me quedo con faenas emocionantes. Sean cortas o sean largas, tienen que ser emocionantes. Luego hay que entender que cada toro tiene su medida y hay que saber cuándo coger la espada, se trata de elegir el momento justo.

-¿Temporada larga?

-Este año sí por un compromiso interno que mantengo conmigo mismo. Voy dos tardes a Olivenza, dos tardes a Valencia, cuatro tardes a Sevilla… ese es el principio. No es fácil empezar así, en otro momento quizá hubiese arrancado con una tarde en Olivenza y otra en Valencia, pero ese compromiso que he asumido conmigo mismo y con el toreo, me ha empujado a ese inicio intenso.

Roca Rey, en la finca El Toñanejo de Torrealta. Foto: Arjona

-¿Carrera larga, carrera corta?

-Esta es una profesión en la que nunca sabes lo que va a pasar mañana, ni siquiera qué va a pasar en el siguiente toro, todo es muy variable, muy volátil. Unas veces piensas que sí, que larga, y al momento pasan cosas que no esperas y todo se vuelve hacia el lado contrario. Así que ante la incertidumbre lo mejor es ir día a día.

-Ya que estamos en la métrica, ¿el toreo son ciencias o letras, técnica o inspiración?

-El toreo son sentimientos. La técnica es importante, sin ella no vas a ningún lado, pero el toreo es un sentimiento cien por cien. Estoy en contra de la significación que se les da a los números en el toreo. No estoy de acuerdo con que el que más torea o el que más orejas corta, sea el mejor. El toreo va mucho más allá. Es sentimiento, entrega pasión… Los números creo que menosprecian el toreo.

-¿Épica y estética?

-Las dos cosas son importantes y estoy dispuesto a apostar por las dos.

“En la plaza, delante del toro, intento mejorar cada día en sentir más y pensar menos”

-¿Te has habituado al papel de liebre, todos quieren el puesto de Roca, todos quieren torear con Roca…?

-Poco a poco he aprendido a blindarme. A estar centrado en mí, en mis sentimientos y sensaciones, eso es lo verdaderamente importante. Lo demás es confusión.

-Dijo el clásico, se le puede atribuir a Ordóñez, que en la temporada hay cinco, seis tardes en las que una figura debe estar dispuesta a morir.

-Y es verdad. Hay tardes que definen tu trayectoria y cambian el rumbo y hay que asumirlas con todas las consecuencias. Sabes que hay una oportunidad y debes cogerla, son quince minutos para cambiar tu destino, son tardes que se está dispuesto a morir.

-Por mucho que lo hayamos escuchado suena tremendo, morir se dice con una ligereza que asusta.

-Cuando asumes ese miedo, todo es más natural. Si estás dispuesto a lo peor, ¿qué te va a dar más miedo? Si estás dispuesto al miedo más grande, ¿qué otra cosa te puede dar miedo? Esa sensación la he tenido dos veces en mi vida. El toro me ha permitido llegar a esos límites.

DICHOSO MIEDO

-El miedo es un tema recurrente, a veces de tanto mentarlo se infravalora lo que significa, hasta se cree que se puede domar.

-Yo paso muchísimo, antes y durante. Me resulta imposible de domar.

-¿Tienes planeado algún cartel especial, un gesto que se salga de los planteamientos más tradicionales?

-De momento pienso en el primero y ese es el de los victorinos de Sevilla.

-Ese de momento da a entender que no será el único.

-Iremos viendo.

-Que te hayas abierto a lidiar encastes nada habituales en los carteles de las figuras, victorinos en este caso, ¿es un intento por marcar diferencias, es el tirón definitivo en la carrera de una figura para dejar atrás a los perseguidores?

-Lo hago por gusto propio, por satisfacción. Es un reto más de los que te comentaba, yo creo que el toreo sin retos no es nada. Desde hace tiempo pensaba en una corrida de Victorino Martín en Sevilla. Le daba vueltas a eso desde 2019 y ha llegado el momento. Me alegra que sea en Sevilla.

“Muchas veces me ha pesado la exigencia y me ha dolido. Ahora muchas cosas que a nadie le gustaría escuchar me motivan, me vuelven más fuerte”

-Hablemos del toro: ¿amigo o enemigo?

-Compañero de baile. Le pido que sea bravo, que me ayude, que transmita, no quiero la blandura, quiero que me permita faenas de las que los aficionados no se olviden, ni de mí ni de él.

-Cómplice pues.

-Cómplice. Le estoy muy agradecido. Él te regala cosas importantes y hay que ser franco con él.

-¿Y cuando no lo eres?

-Se nota, cuando no lo estás, te lo dice.

-La primera impresión cuando asoma a la plaza siempre se dice que es clave.

-Sí, aunque te puedes equivocar y toros que no te han causado un buen impacto inicial luego ayudan. Yo lo primero que le miro es el cuerpo. No me gustan los toros excesivamente bajos, me gusta que tengan buen tamaño, que estén proporcionados con la cara.

FELIZ TUMULTO

Su entrada al Ateneo fue tumultuosa, la propia de un ídolo, iba a decir que la propia de una estrella del rock, pero sería más justo decir la propia de una figura del toreo. Abrazos, saludos, apretujones, jóvenes y mayores, aficionados circunspectos que asentían y aspirantes a fenómeno que soñaban en glorias semejantes, todos buscando la foto, el autógrafo, el abrazo… Lo veías y tenías que sonreír esperanzado. ¿Quién dijo crisis? ¿quién duda del futuro?… el futuro está en manos de los toreros con interés, de los que tienen ganada la voluntad al público, este Roca Rey mismamente, y de quienes generan las ilusiones que genera él y luego si dicen que digan.

-Hay mucha gente joven entre el público, le subrayo y me tengo que preguntar si es algo buscado.

-Mi relación con el público es natural, nada fingida, por eso ha calado. Me siento identificado con gente de mi edad y a ellos les pasa igual. Es un feeling de identificación.

-¿Qué significa para ti ser figura?…

-¿Ser figura significa?…, repite la pregunta y se toma una pausa para responder.

-¿Acaso mandar?… le apostillo e insisto.

-Uno de niño empieza a trabajar su cabeza para torear y jugarse la vida. Y cuando uno se juega la vida la mejor recompensa es tener libertad para poder decidir lo que quiere en cada momento. Y por supuesto una figura del toreo, si asume sus compromisos, decide lo que quiere y eso significa mandar, claro.

“Sean cortas o sean largas, las faenas tienen que ser emocionantes. Luego cada toro tiene su medida y hay que saber cuándo coger la espada”

-¿Tú te consideras figura?

-Eso me lo tienes que decir tú o la gente que viene a verme. Yo lo que puedo decirte es a quién considero figura y a quién no según mis gustos. Yo lo que intento es hacer todo lo mejor posible para que me consideréis figura.

-Ya que estamos aquí. ¿A quién consideras figura?

-Considero figura a José Tomás, considero figura a Juli… te hablo de estos tiempos.

-¿Y tú en qué eres bueno de verdad?…, hace una pausa, vuelve a pensar y sonríe.

-Para dormir soy muy bueno, bastante bueno.

-Aceptado el regate, pero aprovecho, siempre se dijo que era una condición importante, que en temporada poder dormir en los coches, era clave.

-Yo cuando me da la gana de dormir duermo, no necesito estar cansado, cierro los ojos, comienzo a meditar, respiro hondo y me duerno. No falla.

“Es difícil estar pensando en despachos y a la vez sentir como artista. De vez en cuando es conveniente alejarte y preocuparte de lo que tienes que preocuparte”

-¿Y en la plaza?

-En la plaza uno no se puede quedar dormido en ningún sentido. Hay que estar bien despierto.

-¿En qué crees que debes mejorar?

-En la plaza, delante del toro, intento mejorar cada día en sentir más y pensar menos.

-¿Serías partidario de un tal Andrés Roca Rey?

-Si supiese todo lo que pasa y todo lo que piensa Roca, si fuese consciente de su compromiso, sí, sería muy partidario. Me siento muy orgulloso de ser quien soy.

-¿Te gusta hablar de toros cuando estás fuera de la plaza o desconectas?

-Me gusta hablar de toros con las personas adecuadas; si no tengo mucha confianza con la persona hablo de otras cosas y entonces parece que no tenga afición cuando realmente tengo mucha, solo que hablo con las personas que me interesa.

-¿Te implicas mucho en los temas de despacho?

-Últimamente, sí. El maestro Roberto Domínguez me cuenta las cosas que pasan y entre los dos decidimos lo que creemos mejor para nosotros. Hacemos un buen equipo.

Roca Rey llenó en el Ateneo Mercantil de Valencia convocado por Las Provincias.

-¿Y todos esos temas son más fáciles o más complicados de lo que pensabas?

-Mucho más extensos y más complicados a tal punto que es muy fácil que logren descentrarte de lo que es la emoción y el sentimiento del toreo. Es difícil estar pensando en despachos y a la vez sentir como artista. Yo creo que de vez en cuando es conveniente alejarte de los despachos y preocuparte de lo que tienes que preocuparte. Para eso necesitas tener una persona de confianza, de máxima confianza, como gracias a Dios la tengo yo.

-Eso es darle mucha importancia al papel del apoderado.

-Yo le doy mucha. No es nada fácil su tarea. Muchas veces escucho decir que ser apoderado de un torero que funcione es muy fácil, que basta con pedir lo que quieres, pero en realidad su función va mucho más allá de eso. Desde que me involucré en esas cuestiones, hablando con Roberto me he dado cuenta de que no es nada fácil sino al contrario.

VALENCIA, EMOCIÓN Y FUEGO

Valencia es, desde que debutó siendo apenas un niño, plaza talismán. El propio matador la califica de plaza bonita y la reconoce como uno de los primeros cosos que le lanzaron cuando apenas era un adolescente y asegura que siempre le estará agradecido como ciudad y como plaza de toros.

-Para mí Valencia es emoción, es fuego y mucha pasión. Desde el primer día me sentí muy conectado.

“Al toro le pido que sea bravo, que me ayude, que transmita, no quiero la blandura, quiero que me permita faenas de las que los aficionados no se olviden”

Elegante y desenfadado a la vez en el vestir, blazer azul noche, camisa negra, naturalmente sin corbata, jeans y mocasines, alejado de la impostura de la que se revisten algunos compañeros queriendo parecer toreros para caer en lo rancio, juncal en su aspecto si seguimos la segunda acepción del diccionario de la RAE, juvenil como le corresponde y esbozando una media sonrisa de complacencia en el tumulto, es evidente que este Roca Rey ejerce un claro magnetismo, se vio la tarde del Ateneo.

-Comentaba con tus compañeros en entrevistas recientes, que un torero sin un romance es como un jardín sin flores, como si le faltase algo relevante a su aura de personaje público. Es como si necesariamente hubiese que estar enamorado o en proceso.

-Te lo reafirmo. Hay que estar enamorado o más que enamorado diría que ilusionado con algo, con lo que sea, pero ilusionado. Si te gusta un coche y te lo compras, los primeros días de disfrutarlo te ilusionas con él y te motiva para torear, lo mismo si has comprado una casa nueva o si tu familia viene a visitarte de tan lejos como están los míos, todo eso te crea un estado de ilusión y te motiva. Y lo mismo si encuentras una nueva mujer. Son estados muy necesarios. Hay diferentes tipos de ilusiones y lo importante para un torero, insisto, es estar ilusionado y ya si estás enamorado y son los primeros días, mucho mejor. No hay nada mejor que eso.

“¿Si me afecta ser liebre?… Poco a poco he aprendido a blindarme, a estar centrado en mí, eso es lo verdaderamente importante. Lo demás es confusión”

-Me consta que te ha tentado mucho la prensa del corazón, que eras una pieza de lo más codiciada. ¿Cómo lo has lidiado?

-He pasado un poco de eso, cuando me han preguntado algo como me considero una persona respetuosa siempre he contestado. Nunca le volví la cara a nadie, pero no me gustaría involucrarme en esas cuestiones. No por nada, yo respeto mucho a quien sí se involucra y a quien anda ahí, pero tengo una filosofía de vida muy personal y me gusta mantenerme al margen.

Acabando la charla insiste en los planteamientos de este 2024.

-Me siento comprometido. Dilo. Este es un año muy importante para mí.

Dicho queda.

Roca íntimo 

-¿Comunismo o libertad?

-Libertad, claro, libertad siempre.

-Menos fútbol y más toros, ¿lo firmarías?

-Soy torero, cómo no voy a firmarlo.

-¿Por amor dejarías los toros?

-La persona que me ame y que yo ame, nunca me pediría eso.

-¿Qué día te hiciste mayor en la plaza?

-En Arnedo, en una novillada sin caballos, sufrí mucho, fue muy mala y fueron momentos muy duros. Comprobé otra cara del toreo.

-¿Cuál fue tu primer regalo?

-He tenido muchos regalos de niño, pero fíjate que el primero que me ha venido a la cabeza es un traje corto que me regaló un aficionado, veterinario y gran persona, Lucho Herencia se llama.

-¿Bailas o te bailan?

-Bailar personalmente no me gusta mucho. Me lo han recomendado porque dicen que es bueno para las emociones, pero ni así me gusta mucho. Y si me bailan y me baila quien me gusta, me gusta, lo agradezco.

-¿Te atreves a criticar a la crítica?

-No debo porque no la leo últimamente.

-¿Tu primer vestido?

-Un blanco y oro. Se lo compré a un sastre de Perú. Lo conservo.

-¿Supersticioso?

-Sí. Intento quitarme manías, pero lo soy.

-¿Qué tiene de romántico el toreo?

-Todo. Una vez se pierde el romanticismo se pierde todo, se pierde la esencia.

-¿Tu mote en el colegio?

-Mis hermanos me decían Andy.

-¿Qué significa ser puro en el toreo?

-Llevar la verdad al límite asumiendo las consecuencias sabiendo que pueden ser muy duras y aún así ir adelante.

-¿Y ser fullero?

-Todo lo contrario, y los hay, los hay.

-¿Eres competitivo?

-Me van a matar, pero no.

-¿No?…

-Nunca vi el toreo como competencia. Sé que es bonita la rivalidad, pero el toreo es mucho más que eso. Cuando hay una faena realmente buena de la que todo el mundo se acuerda y queda para la historia, es porque el torero ha estado muy metido en él, muy concentrado, sintiendo mucho y pensando poco y cuando sientes mucho y piensas poco es porque nada más que piensas en ti y en el toro, por tanto no hay competencia con nadie. Por eso no estoy yo por esa labor. Cuando existe competencia todo es menos real, es más triunfalismo.

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando