“He recuperado poco a poco la visión aunque todavía no veo igual que antes”. Son las palabras de la torera panameña Rocío Morelli, que evoluciona lentamente de las graves lesiones y secuelas que presenta en el ojo derecho y rostro a consecuencia del duro percance que sufrió hace un mes en la plaza de toros de Villa de Cos (Zacatecas, México).
Bajo la supervisión del doctor Uribe y una clínica oftalmológica en Ciudad de México, Morelli tiene por delante una larga recuperación y según explica a Tendido7.co, aún sufre diversas secuelas de aquel tremendo percance: “Los dolores de cabeza es por momentos, hay días que me dan muy fuertes y otros que no tengo ningún dolor, el injerto está madurando poco a poco, aún falta mucho pero tiene buena pinta. Las cicatrices igual ya me estoy acostumbrando a verlas en el espejo”, afirma con entereza la espada.
Por el momento es una incógnita cuando podrá Morelli volver a los ruedos, ya que aún no ha comenzado a entrenar, aunque intenta torear de salón con precauciones: “Aún no empiezo a entrenar ya que me siento flojita aún de salud. Esta semana intento torear de salón, correr y torear lo tengo prohibido por el médico. Me ofrecieron reaparecer en noviembre pero no tengo autorizado torear”.
Rocío Morelli expresa su agradecimiento a la familia Sandoval y a los ganaderos de Torrecilla y San Antonio de Triana, hierro este último al que pertenecía el toro que la hirió gravemente en Villa de Cos: “Regresé de Zacatecas la semana pasada, la familia Sandoval fueron espectaculares conmigo, estoy muy agradecida con ellos, igual con los ganaderos de Torrecillas quienes han estado muy pendientes de mí, también a los de San Antonio de Triana”.
Como ya informó Aplausos en su día, Rocío Morelli fue cogida en el lienzo charro de Villa de Cos cuando toreaba de capa a su primer toro de San Antonio de Triana en un espeluznante percance. Inmediatamente sus compañeros la auxiliaron y acompañaron a la enfermería con parte del rostro ensangrentado a la altura del parietal derecho. Morelli fue intervenida de una herida de entre 10 y 15 centímetros en la parte superior del párpado siendo ingresada en el Hospital General de Zacatecas (México), donde permaneció durante más de una semana. Una seria operación en la que le fue colocado un injerto y en la que también participó un cirujano plástico.
