Los planes los damos como noticias. A día de hoy no hay más tela que cortar. Con marzo en el horizonte como referencia decisiva para tomar decisiones, los carteles por ahora son solo planes e intenciones. También hay ilusión. Por todas las partes. Ha bastado que se anuncien los de Leganés, pendientes de las circunstancias, de que el bicho afloje y los políticos tengan la voluntad, y nos hemos puesto en modo ilusión. Aficionados, prensa, los propios empresarios… Subidón general. Arriba los corazones. La señal es de lo más esperanzadora. Visto lo visto cabe pensar que en cuanto nos suelten las riendas de las restricciones vamos a salir a la calle desbocados, todos, esa es la esperanza. Lo avalan los sociólogos. También los antecedentes, esas desbandadas que se han producido por las rendijas que han dejado. Todo ello a pesar del miedo que nos atenaza, así que sin miedo… sin miedo hay motivos para creer en la remontada. Además no quiero pensar en lo contrario.
Un tipo de Teruel se ha sentado, chano chano, a la mesa de los ricos, si por ricos entendemos a los empresarios que más festejos organizan cada año. Su curro le ha costado, no pocas dosis de formalidad y también alguna desconsideración
Lo de Leganés tiene la firma de Alberto García. Un tipo de Teruel que chano chano se ha sentado a la mesa de los ricos si por ricos entendemos a los empresarios que más festejos organizan cada año. Su curro le ha costado y no pocas dosis de formalidad diferenciadora, también alguna desconsideración cuando no era más que el chico ese de Teruel. Ahora ha sido el primero en romper el hielo de este enigmático 2021. ¿Será o no será?… El caso es que le ha dado candela al ambiente y se agradece. Por un lado compromete a la Administración -¡defínanse, hombre! (o mujer)-, por otro anima a la afición y al toreo en general, tan necesitados de estímulos después de tantas y tantas patadas en salva sea la parte o directamente en los mismos cataplines, esa Espartinas antitaurina, esos pliegos irreales, esos banderilleros a la cola de las colas, esos ganaderos aguantando a pulso la crueldad de una situación inmisericorde que romanea y romanea en sus cuentas corrientes y ahora ese lobo como nuevo elemento discordante, otro que viene a dividir entre urbanitas y rurales, entre ilusos y realistas; por un lado los de la moqueta, en muchas cuestiones tan crueles como el propio lobo, por otro los del terruño, camperos, ganaderos todo corazón, currantes que durante tantos y tantos años han sujetado a este país. A los mandamases les va la gresca, joden sin necesidad como el mismo lobo que mata por matar. La cuestión es tan vieja como la vida misma.
La rumorología da por seguro un Morante, Ortega y Aguado en la Maestranza, que sería algo así como el reconocimiento en la cumbre a la Sevilla más artista… Hacía tiempo que no se daba un cúmulo semejante
Leganés no es el único plan. Lo de Sevilla lo tiene el empresario cerrado a falta de fechas definitivas. Ya saben: si el tiempo no lo impide y con permiso del coronavirus… El cartel que debía ser de Domingo de Resurrección no es oficial pero tampoco hay quien lo niegue, Morante, Roca Rey y Aguado; otra combinación que la rumorología da por segura es esa misma pero con más acento sevillano Morante, Ortega y Aguado, que sería algo así como el reconocimiento en la cumbre a la Sevilla más artista… Hacía tiempo que no se daba un cúmulo semejante. Tres de tres. Ramón Valencia lo tiene todo cerrado bajo cuatro llaves incluida una ausencia que no se corresponde con la ayuda que recibió cuando le apretaron las figuras.
Esa Espartinas antitaurina, esos pliegos irreales, esos banderilleros a la cola de las colas, esos ganaderos aguantando a pulso la crueldad que romanea y romanea… y ahora el lobo viene a dividir entre urbanitas y rurales, entre ilusos y realistas
Y Córdoba, que el año pasado fue la gran referencia de las plazas de primera, va a insistir. Aquel mano a mano memorable, Morante/Ortega, marcó muchas cosas, así que los planes son otro mano a mano con cariz igualmente artístico. El arte como tendencia. Podría ser algo así como Morante y que pase el siguiente.
No todo es felicidad. También existe alguna guerra soterrada en las altas esferas. En este mundo las cartas sobre la mesa no las pone nadie. Faltaría más. Las negociaciones son una interminable partida de póker en todos los frentes.
