JUEVES 6 DE AGOSTO

El magisterio de Ponce, las cosas de Morante y el temple de Aguado en El Puerto

Los tres toreros pasean una oreja cada uno de una desigual corrida de Juan Pedro Domecq en el festejo que conmemoraba el centésimo cuadragésimo aniversario del coso gaditano
Juan Belmonte
jueves 06 de agosto de 2020

Fotos: Arjona

Enrique Ponce recibió con buenas verónicas al primero de la tarde. El fuerte viento de levante que sopló condicionó el planteamiento de la faena del valenciano, que antes de tomar la muleta se lució en un bonito quite por chicuelinas. Faena de tandas cortas frente a un toro muy bueno de nobleza y son. Sin viento hubiera sido otro cantar. Tras un pinchazo, se volcó en la estocada de la que salió volteado sin consecuencias.

El cuarto de la tarde, ya de salida, tuvo tendencia a la huida y poco celo. Sin embargo llegó a la muleta humillando y Enrique Ponce lo midió bien en los primeros compases. El de Juan Pedro fue a menos y echó mano Ponce de sus consabidas poncinas para rematar su labor. La estocada corta con la que pasaportó al toro le otorgó una oreja.

Pinturero fue el saludo de capa con remate a compás de Morante de la Puebla. Montadito de hechuras y de embestida corta el segundo juampedro. Llegó topando a la muleta del sevillano, que le buscó las vueltas y le pegó pases, uno a uno, hasta que consiguió alguna serie mientras el toro iba a menos. Abrochó su faena con ayudados por alto antes de rematar de estocada y pasear la primera oreja de la tarde.

Suelto de salida el quinto, costó fijarlo. No apuntó buenas cosas en los primeros tercios y en la muleta de Morante de la Puebla apenas se movió. Agarrado al piso, desesperó y aburrió al diestro, que tuvo que tirar por la calle de en medio. No sirvió.

Pablo Aguado se hizo aplaudir en las verónicas de salida y más aún en un quite que abrochó con una media al ralentí. El sevillano supo mediar su faena ante un toro noble. Las series no fueron largas, ni falta que hicieron. Su temple y naturalidad en cada encuentro gozaron del beneplácito del público, entregado ante lo distinto. Dejó una estocada tras un pinchazo y sumó un trofeo.

Trotón y sin querer tomar los engaños, el toro que cerró plaza no permitió el lucimiento de Pablo Aguado. Tras un buen puyazo de J. Carlos Sánchez, siguió volviéndose al revés. En el tercio final se rajó enseguida y buscó las tablas. Voluntad y esfuerzo infructuoso del sevillano, que se dobló con torería al final.

El Puerto de Santa María, jueves 6 de agosto de 2020. Toros de Juan Pedro Domecq, bien presentados y de juego desigual. Mejores los cuatro primeros; quinto y sexto, rajados. Enrique Ponce, ovación con saludos y oreja con petición de la segunda; Morante de la Puebla, oreja y palmas; Pablo Aguado, oreja y palmas. Entrada: no hay localidades en el aforo permitido, alrededor de 5.ooo espectadores. El festejo arrancó tras un minuto de silencio en memoria de las víctimas del Covid-19 y después de sonar el Himno de España. Saludaron en el tercero de la tarde tras banderillear Iván García y Pascual Mellinas.

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