A Samuel Navalón lo recibió su pueblo de Ayora con una gran ovación y puesto en pie. Sintió el calor de su gente, que le dio una inyección de moral para afrontar una tarde en solitario de máximo compromiso para él. Salió sin reservas desde el primer momento con una larga en el tercio y un manojo de verónicas ante un novillo apretado de carnes y que ya mostró su buena condición. Atalonado el torero, buscó la despaciosidad en muletazos de mano baja. Sacó todo el fondo del novillo y cuando éste se vino abajo, atacó con determinación y valor, sin importarle las tres volteretas. Mató de estocada a toma y daca tras un pinchazo y paseó la primera oreja. Puso cara la tarde el palco.
Tuvo cuajo el segundo novillo de la tarde, un animal de buena condición aunque bajo de raza. De nuevo mostró Navalón su soltura y variedad de registros con el capote. Muy firme en todo momento y pisando terrenos comprometidos, el novillo que amagó con rajarse en algún momento, no tuvo más remedio que seguir la poderosa muleta del ayorense. Por encima del animal en todo momento, acabó embastando una labor paciente y reunida. Los arrimones finales y una estocada caída pero efectiva desataron la pasión de sus vecinos que le premiaron con las dos orejas.
Cuajo y volumen tuvo el tercero, otra muestra del compromiso del novillero ante su gente. El de Casasola tuvo tanta calidad y franqueza como falta de raza, rajándose muy pronto. No importó. En tablas le formó un lío gordo aprovechando querencias. Se dejó lamer la taleguilla y sus muestras de valor y toreo apasionado enloquecieron al público, rendido a su torero. Pinchó antes de dejar un estoconazo perfecto. Cortó dos orejas con petición de rabo. Antes había brindado a El Soro y dejó al sobresaliente Alberto Donaire intervenir en un quite por chicuelinas.
El colorado cuarto, también apretado de carnes pero más cortito de cara como el primero, fue otro novillo bueno, con dulzura en su embestida. Se rompió con él Navalón, entregado y roto lo disfrutó a placer, ya sin presión y arropado por su gente que disfrutó esta vez de una versión más reposada y templada. Perfecta la estocada, a cámara lenta, que coronó una tarde apoteósica del valenciano. Dos orejas y rabo.
Ayora (Valencia).Viernes 9 de agosto de 2024. Novillos de Casasola, muy bien presentados, con cuajo y nobles aunque justos de raza. Samuel Navalón, como único espada: oreja, dos orejas, dos orejas con petición de rabo, y dos orejas y rabo. Entrada: Tres cuartos.