Al segundo de buena presencia lo recibió Samuel Navalón con una larga cambiada continuada con el toreo a la verónica de buen gusto. Apenas picado el de Montealto, leve refilonazo, Navalón quitó con chicuelinas finiquitadas con un farol. El transcurrir de la faena desde los inicios mostró la inteligencia del novillero en el planteamiento y desarrolló del trasteo. El novillo respondía embistiendo un tanto rebrincado y desentendido tras los muletazos, hasta que Navalón que había brindado a Rubén Pinar y Jorge Ibáñez cogió el sitio y la distancia en series notables con la mano derecha aprovechando lo manejable del utrero. Supo siempre el novillero lo que la condición del novillo le pedía transcurriendo las series con buen sentido técnico rematada una de ellas con pase de pecho larguísimo. Lo mejor llegó luego en el toreo al natural bien conceptuado y de largo trazado, momento en el que la faena alcanzó su cenit. Redondos finales y una estocada trasera con premio de dos orejas en un listón de exigencia presidencial, no muy alto. Navalón demostró que conoce la técnica, la emplea bien y tiene el camino abierto.
Navalón recibió por delantales al quinto de la tarde, apenas castigado. Gran tercio de banderillas de Javier Perea obligado a saludar tras dos excelentes pares. Notable novillo de buen tranco y pronta embestida- se llevó el mejor lote Navalón– acudió con presteza al cite desde los medios del torero en muletazos cambiados por la espalda que calaron en el tendido. Compactó en la distancia exacta buen toreo con la mano derecha, luego espléndidos naturales, pero el tono de la faena bajó a menor sufriendo enganchones de la muleta y desarme. Discontinuidades y claroscuros para finalizar por bernardinas. Media estocada perpendicular y una oreja como balance con petición de la segunda que el presidente acertadamente no concedió. Navalón caminó a hombros hacia la alternativa.
Bien presentado el primero de la tarde, un castaño que salió suelto al que Manuel Caballero lanceó muy bien a la verónica, dos capotazos espléndidos, superior una media tras el quite posterior. Brindó al público la faena basada en la mano derecha sobre todo en tandas de templados muletazos en un tono ascendente, siempre a más en la altura de la consecución de los muletazos, en tono superior con excelencia en los pases de pecho. Nobleza y sosería en las embestidas del novillo que aprovechó muy bien el albacetense terminando entregado entre los pitones. Estocada trasera y una oreja, legítima.
El sardo que hizo cuarto, un novillo de buenas hechuras fue capoteado por Manuel Caballero con lances sobresalientes a la verónica, encajado el albacetense con un quite magnífico por chicuelinas. El trasteo muleteril fue rotundo como las series de magnifico y templado toreo que se sucedieron en el académico toreo del albacetense, espléndido al natural en tres tandas de muletazos de largo trazo y conseguida ejecución ante un novillo que embestía con claridad y sin reservas. Excelentes los siguientes naturales, tras lo que con un torero entregado se metió entre los pitones para dar nueva versión valerosa de este torero que cuajó de verdad a un buen novillo, terminando de hinojos para rematar de una entera un tanto trasera. Una oreja de peso y fuerza esta vez con más rigor a la hora de la concesión del segundo trofeo que fue pedido con fuerza. Caballero triunfó con fuerza en su tierra.
El tercero de la tarde mostró problemas de salida cuando capoteó de trámite Javier Zulueta. Mal picado, recibió un fuerte castigo en varas que acusó luego en la faena de muleta del sevillano. El utrero, manso y sin entrega, sin finales en sus arrancadas quedándose a mitad del viaje. El trasteo no tomó vuelo en ningún momento, pese a la voluntad del torero que terminó con una estocada trasera caída y contraria. Silenció para Zulueta, el resultado.
Más montado fue el sexto de Montealto que cerró el festejo. Se dañó en su lidia, cayéndose repetidas veces. Zulueta con el lote más feo, puso voluntad, se le perciben buenas formas como demostró en su faena, mejor en el toreo al natural ante un novillo manejable. Pinchazo y estocada. Escuchó dos avisos tras demorarse con la espada y el descabello. Floja presentación del sevillano en Albacete, que fue silenciado. Entretenida novillada en la que Samuel Navalón con tres orejas y Manuel Caballero con dos trofeos salieron a hombros, Zulueta se fue de vacío ante una novillada bien elegida y de buen juego de Montealto. Así se cuida a los novilleros. Acierto total.
Albacete. Lunes 9 de septiembre de 2024. Novillos de Montealto, de buen juego y correcta presentación. Manuel Caballero, oreja y oreja; Samuel Navalón, dos orejas y oreja; y Javier Zulueta, silencio y silencio. Entrada: Casi tres cuartos de plaza.