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Antes de la corrida, capta la tensión y los miedos previosAntes de la corrida, capta la tensión y los miedos previos

Sorolla y los toros, un maridaje breve pero afortunado

José Luis Benlloch
domingo 12 de noviembre de 2023
Un ciclo de charlas y conferencias sobre el pintor valenciano arranca el jueves en el Ateneo

“Sorolla y los toros” es un maridaje breve pero altamente afortunado que ha dado pie a un ciclo de charlas y conferencias que comienza el jueves (19 horas, Ateneo Mercantil) sobre la obra taurina del pintor valenciano que encontró en el entorno de la Fiesta argumentos e inspiración para algunos de sus cuadros más representativos, como El encierro o Antes de la corrida, obra esta última que retrata el ambiente previo a una tarde de toros en el patio de cuadrillas de la plaza de Valencia perfectamente identificable.

El ciclo, que recorrerá trece ciudades valencianas de profunda tradición taurina, es un proyecto de la Conselleria de Justícia i Interior de la Generalitat Valenciana, desarrollado por la revista valenciana Aplausos, con la participación de distintas personalidades y figuras del toreo. El acto inaugural contará con una conferencia a cargo de Raúl Alonso Sáez, comisario de la exposición “La memoria taurina”, del Ministerio de Cultura, con entrada libre hasta completar el aforo del salón.

Antes de la corrida capta la tensión y los miedos previos

“Sorolla y los toros” supone una aproximación de dos universos, el de un genio de los pinceles y el de una cultura fuertemente enraizada en el pueblo español con resultados deslumbrantes, que supone una oportuna lección de convivencia y respeto hacia ideas ajenas. No es Sorolla lo que se entiende como un pintor taurino, incluso en sus testimonios epistolares manifiesta puntualmente cierto desagrado siguiendo las corrientes ideológicas del momento, pero sí se siente atraído por el entorno de la Fiesta y en los momentos cruciales de su carrera recurre a ella para argumentar grandes obras, dos de las cuales El encierro y Los toreros lucen en la Hispanic Society of America de Nueva York como parte de la colección Las Visiones de España.

No cabe extrañarse de ello teniendo en cuenta que las notas esenciales de su pintura son la luz, el paisaje, los colores brillantes, también los contrastes y las sombras, así como el dominio del movimiento, además de una magistral capacidad para penetrar en la intimidad de los personajes. Recapitulando su obra se puede decir que no fue un pintor taurino pero pintó los toros como nadie.

Pintó los toros como nadie

Su primera aproximación al toreo está fechada en Roma en 1887, se trata de un apunte sobre una corrida de toros, que según sus estudiosos le regala a su amigo y benefactor Pedro Gil Moreno de Mora, este sí, gran aficionado con el que mantiene una estrecha relación, que le facilita un acercamiento al mundo taurino principalmente en sus estancias en Sevilla.

En Sevilla

Su obra con argumento táurico se centra en lo que sucede antes de la corrida y en el entorno del coso, y en ella da valor a los valores del toreo. Entre los más destacados figura El encierro, en el que el pintor sale al encuentro del toro en la libertad de los campos andaluces con un conocimiento muy ajustado a la realidad, tanto de la indumentaria de los vaqueros como de los jaeces de las cabalgaduras, jacas andaluzas, colinas y bien domadas como se desprende de su postura. Es una escena de alto valor medioambiental en un paisaje fácilmente reconocible, con el cortijo El Cuarto al fondo, donde pastan los toros de la familia Miura, dando un espacio destacado en la composición a las chumberas que actualmente se encuentran en franco peligro de extinción.

En Valencia

En Antes de la corrida, otra de sus grandes obras de contenido taurino, recoge con apabullante precisión la tensión que se vive en lo que siempre fue capilla de los miedos e incertidumbres, en este caso el patio de cuadrillas de la plaza de Valencia, al que el pintor recurre, lo hace en dos ocasiones, a un escenario perfectamente identificable por los portalones verdes y la luz de primavera que se cuela desde el exterior que ya se adivina bullicioso y expectante, con el detalle del mozo dándole lustre a las zapatillas o ajustándole el lazo al calzado de un lidiador que a esas horas ya no sabe cómo distraer los miedos.

En Torrent

Otra referencia a la Valencia taurina es el guiño que hace a la versión menos formal de toreo en Capea en Torrent, cuyo revuelo contrasta con el formalismo litúrgico de un paseíllo en la Maestranza que incorporó a las Visiones de España en el que se aprecia en sus tendidos el perfil social de la Sevilla de entonces a la vez que muestra con la precisión de su pincelada, suelta y justa, los detalles más lujosos de los ternos a los que más de un siglo después acuden sastres actuales para diseñar los trajes de luces cuando se trata de vestir ocasiones especiales.

La obra taurina del genial Sorolla, recurriendo a un símil taurino, es una lidia perfecta del cromatismo, en la que priva el conocimiento y la naturalidad, virtud por cierto de lo más torera, que le acaba diferenciando frente al tremendismo de otros colegas de la época. Se dice que no era muy aficionado los toros, que incluso los criticaba, y seguramente sea así, tampoco lo era su amigo Blasco Ibáñez y escribió la maravillosa Sangre y Arena. Se trata en ambos casos de la tolerancia propia de los hombres talentosos, cualidades tan necesarias (ambas, la tolerancia y el talento) en la actualidad.

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