Por encima de los números, el año más íntimo y personal de Morante de la Puebla -como él mismo definió el planteamiento de 2014- hay que analizarlo en sensaciones, en detalles, en esos instantes sublimes que hacen del sevillano un torero de culto. Treinta tardes, treinta acontecimientos. Y un puñado de faenas: el capote de Valencia, la obra de Alicante, el sabor de Bilbao, la enjundia de Málaga, la torería de Sanlúcar, la genialidad de Ronda o la maravillosa tarde de Vistalegre. Un año para el recuerdo, una temporada distinta. Por todo.
-El capote de Valencia, la obra de Alicante, Bilbao, Málaga, la genialidad de Ronda y Vistalegre… fueron sólo algunas de sus tardes más especiales
-“Tengo cosas que están deseando salir pero necesitan un momento y un toro adecuado. En la vida uno pasa, pero el toreo se queda”
Lea AQUÍ el reportaje completo en su Revista APLAUSOS Nº 1944
