El segundo se partió un pitón y fue sustituido por un sobrero de Olga Jiménez. Manzanares se lució en un encajado recibo a la verónica. El de Olga Jiménez empujó con clase en un buen puyazo de Paco María. El animal sacó un extraordinario fondo de bravura y clase, lo que aprovechó Manzanares para cuajar una faena que fue creciendo en intensidad, basada sobre el pitón derecho. El alicantino, muy asentado, ligó los muletazos acompasando el viaje con la figura en varias series rotundas. El epílogo con un circular, un cambio de mano eterno y una trincherilla, puso el punto álgido de su labor. Mató de una gran estocada en la suerte de recibir, teniendo el de Olga Jiménez muerte de bravo.
El quinto, de nombre Despensero, fue un gran toro. El de García Jiménez fue un torrente de bravura, empujó en el caballo y se empleó en los capotes durante los primeros tercios. En la muleta de Manzanares, además, desarrolló una extraordinaria clase y el alicantino lo cuajó de principio a fin en una faena muy rotunda. El de García Jiménez tuvo repetición, humillación y siempre empujó hasta el final. Manzanares embarcó las embestidas y las condujo muy por abajo en varias series muy ligadas y de mucha profundidad que tuvieron mucha transmisión y llegaron mucho al tendido. Al natural dejó muletazos de largo y exquisito trazo. Volvió a matar de un soberbio volapié de efecto fulminante, paseando los máximos trofeos. El público pidió la vuelta al ruedo para el toro que la presidencia no atendió.
El primero de la tarde fue un manso que generó mucho desorden en los primeros tercios de la lidia por su condición huidiza. Al iniciar su faena Castella el de García Jiménez seguía en esa actitud de huir de la pelea. Cuando todo parecía perdido consiguió el francés retenerle en los vuelos de la muleta y rompió a embestir el manso, lo que aprovechó el francés para ligar varias series por ambos pitones. Acortó distancias, pero falló a espadas.
El cuarto manseó en los primeros tercios. Salió rebotado del caballo de picar y se arrancó a los capotes con carácter y arrollando. Le pudo Castella en un inicio de faena por bajo muy poderoso y de mucho mérito, bajándole los humos. Consiguió el francés sujetarlo en la muleta en dos series ligadas sobre la diestra, pero automáticamente el manso de García Jiménez salió de naja buscando el abrigo de los tableros. No anduvo fino Sebastián Castella con los aceros, escuchando una ovación que recogió desde el callejón.
Paco Ureña dibujó cuatro extraordinarias verónicas en un quite al tercero de la tarde. Dejó Agustín de Espartinas dos soberbios pares de banderillas. Brindó Ureña su faena a la novillera Carla Otero e inició por estatuarios dejando un sabroso remate. El de García Jiménez embistió sin celo en dos series muy asentadas de Ureña antes de que al animal se aburrirse por su escaso fondo y no diera mayor opción. Quiso Ureña con una gran disposición, y consiguió dibujar algún muletazos suelto de profundo trazo antes de acabar en cercanías. Mató de media estocada.
El sexto fue un toro alto, grandón y vasto de hechuras que desarrolló cierta nobleza pero tuvo fondo manso y careció de clase. Ureña puso todo el empeño y máxima entrega queriéndolo hacer todo con mucha verdad y pureza. El de García Jiménez tuvo buen inicio de muletazo pero siempre salía desentendido y sin celo; acabó rajado y no permitió a Paco Ureña redondear su labor. Falló con los aceros y escuchó palmas.
Murcia. Sábado, 21 de septiembre de 2024. Toros de Hermanos García Jiménez y Olga Jiménez (2º bis). Corrida desigual de presentación y juego. Destacaron 2º y 5º de gran juego. El resto mansos y faltos de raza. Sebastián Castella, ovación y ovación; José María Manzanares, dos orejas y dos orejas y rabo; y Paco Ureña, ovación y palmas. Entrada: Dos tercios. Saludaron trasparear al tercero Agustín de Espartinas y Azuquita. Incidencias: Manzanares fue atendido en la enfermería de un golpe recibido en su tobillo derecho al entrar a matar al segundo de la tarde.