En Logroño, capital de La Rioja, hubo siempre afición a los festejos taurinos. Crió numerosos principiantes: becerristas, novilleros, algunos banderilleros… y ningún matador de toros. Actualmente tiene un profesional: el picador Jorge Martínez Arana “Ramitos”, del que recuerdo algunos galardones que conquistó en Orthez, Logroño, Soria, Arnedo… Y riojanos en activo son el matador de toros Diego Urdiales y su subalterno Víctor García “El Víctor”, de Arnedo y Calahorra, respectivamente.
La feria taurina provincial fue y es San Mateo. En 1946, un 24 de septiembre, torearon una becerrada los logroñeses Pepe Illera, Chicuelín, oriundo de Soria, y Pacotín. El 26 de septiembre de 1948 mató un novillo del ganadero riojano Etura, en el espectáculo Carrusel, Pepe Illera. El día 23, tres años más tarde, el logroñés Pepe Herráiz estoqueó otro novillo en Carrusel.
El día 21 de septiembre de 1953 fue el primer festejo “serio” de un riojano en San Mateo: el arnedano Antonio León -una oreja-, alternó con Chicuelo II y Pepe Ordóñez. El día 22 el local Pepe Rioja toreó y mató el novillo de “Galas de Arte”.
En 1956, el día 23, con novillos de Urquijo, Chucho Ortega (Jesús Domingo “Mótil”), asentado en Logroño y natural de Santo Domingo de la Calzada, alternó con Jaime Ostos, orejas en ambos, y Chamaco, dos orejas. El paisano fue ovacionado. De aquí hasta 1968 Antonio León hizo cinco paseíllos en La Manzanera.
En el año 1940, entre marzo y septiembre, se anunciaron en Logroño siete novilladas y en la feria dos corridas de toros, dos novilladas picadas, algún festival cómico o becerrada… En 1941 hubo catorce novilladas y tres corridas de toros más los festejos menores señalados. Saltando a 1962 encontramos doce novilladas, muy concurridas, y en San Mateo, tres corridas y novillada con picadores.
En 1961, mi primera feria matea, se programaron tres corridas de toros y una novillada picada. Antonio Ordóñez, Ostos y Luis Segura. Silencios, broncas, toro devuelto, espontáneo… Curro Girón, oreja, Diego Puerta, tres orejas y rabo y El Viti, oreja y oreja. La tercera, día 23, Curro Romero, oreja, Mondeño, oreja y Paco Camino. Media entrada de promedio. En la novillada, se acabó el papel, Antonio León, tres orejas, Andrés Hernando, tres orejas y El Cordobés, broncas.
En primavera hubo un cartelazo en el Festival de las Hermanitas, siete novilladas y alguna becerrada “institucional”. En ellas se anunciaron Corbelle, Andrés Montero, El Rondeño, Manolé, El Algabeño, Julio Ramos, Miguel Guerrero, Fernandete, Angelillo, Joaquín Camino… Carruseles, festejos de labradores…
En los años 80 y 90, después, se anunciaban cinco, seis corridas en feria, alguna novillada picada y algún año hasta siete corridas. Desde hace años se vinieron dando cinco, los últimos, cuatro. Como en numerosas plazas de España, el trabajo taquillero ha ido a menos.
En cuanto a festejos menores los últimos años… plaza cerrada. Solían darse numerosas novilladas, alguna corrida y novilladas importantes por San Bernabé, 11 de junio, varios años Barquerito y Simón Carreño montaban media docena de novilladas… Aquí repetían y tripitían tardes El Algabeño, El Rondeño, Paco Fuentes (Pallarés), El Bala, Amadeo Dos Anjos, Tinín, El Almendro, Macareno, Barajitas… y hasta se les dio una oportunidad a Serranía, Faraón y Joaquín Cortés “El Niño del Abanico”. La ausencia de público en novilladas y festivales se cargó los festejos de formación y el año 2023 se confeccionó la feria con El Juli, Pablo Hermoso, Diego Urdiales, Talavante, Roca Rey, De Justo…
En La Rioja hay plazas históricas como Haro y Cervera del Río Alhama que crían hierba en el ruedo hace años cuando en ellas hemos disfrutado con festivales importantes, novilladas y corridas de toros. Plazas como Calahorra y Alfaro han reducido a la mitad, o menos, sus festejos. La feria arnedana del Zapato de Oro, ante las cuantiosas pérdidas municipales, anuncia este año cuatro novilladas cuando en 1989 hubo cinco y hace un rato, 2005, tuvimos hasta seis. En estos dos años citados hubo por San Mateo, en Logroño, seis corridas de toros.
LA PLAZA DE LA MANZANERA
La vieja plaza de Logroño que hemos conocido, en la zona de La Manzanera, cerca de la actual, tuvo capacidad de 9.700 localidades. Se inauguró el 21 de septiembre de 1915 con toros del Duque de Veragua para Joselito, división en ambos, Juan Belmonte, aplausos y pitos, y Saleri II, petición y oreja. Salió a hombros. El primero se llamó Tostonero (bizco del ojo izquierdo según un cronista no taurino) y el segundo fue condenado a banderillas negras. El público pidió la devolución. Al no concederse se llenó el ruedo de cortezas de sandía y otros productos comestibles.
El 22, toros del Marqués de Saltillo. Joselito, oreja y oreja, Limeño, y Belmonte, pitos y cáscaras de sandía y oreja y a hombros Joselito. El 23, toros del Marqués de Villagodio para Celita, a hombros, y Algabeño II. La cuernocracia nobiliaria. Se suspendió la del día 24 con miuras y Chiquito de Begoña, Gaona y Posada. Los veraguas costaron 10.500 pesetas, los saltillos 11.500 y los villagodios, 8.500. Joselito y Belmonte cobraron 14.000 pesetas por las dos corridas. Saleri II percibió 1.750, Celita 2.500, Algabeño y Limeño, 1.500 cada uno. El presupuesto de la feria fue de 95.000 pesetas y el beneficio supuso 34.351 pesetas.
ALTERNATIVAS
En esta plaza hubo cuatro alternativas. La de Antonio León (23-9-1962) en una tarde desastrosa. Mal el rejoneador Fermín Bohórquez. El sobresaliente, Luis Barrena, no pudo matar el toro que fue retirado a corrales. Era de Antonio Martínez “Chopera”. El resto, de Concha y Sierra. Se devolvió el sexyo y al sobrero, de Bernardino Jiménez, Antonio León le cortó dos orejas y salió a hombros. Vuelta al ruedo en el de la alternativa. Curro Romero, bronca y bronca. Amonestado en los dos por la presidencia. Paco Camino, pitos y palmas en los suyos. El Club Taurino de Logroño homenajeó a Antonio León el 20 de octubre con una cena.
En la plaza de Logroño hubo tres alternativas más: Manolo Zúñiga (2-10-55). Toros de Salvador Guardiola y su hermano Joselillo de Colombia y Pepe Ordóñez en el cartel. Cortó dos orejas y por cogida no mató el sexto. Germán Urueña (21-9-71), de Bogotá. Toros de Buendía y Diego Puerta y Paco Camino, tres orejas. Ireneo Baz “El Charro” (13-6-76). Toros de Molero, una oreja, y El Puno y Paco Lucena, en el cartel.
En 1990, la primera corrida fue de Joaquín Buendía: Ortega Cano, pitos, Juan Mora, ovaciones y Fernando Lozano, pitos y silencio. Esta feria la abrió una novillada picada con Manuel Caballero, Pareja Obregón y Sánchez Mejías, ni una vuelta al ruedo, y seis corridas en las que cortaron cinco orejas y hubo, como mínimo, catorce faenas pitadas, silenciadas o bronqueadas. El público va abandonando… Reconozcamos que acude a la plaza a emocionarse, divertirse… al menos a no cabrearse. En abril y junio hubo tres novilladas. Dos toreó el riojano Pedro Carra: una oreja.
EL COSO DE LA RIBERA
La última tarde en La Manzanera fue el 26 de septiembre del 2000. Toros de Victoriano del Río y Zalduendo: Joselito, ovaciones y aviso, Padilla, aviso y dos orejas, y Diego Urdiales, palmas, dos avisos y vuelta al ruedo. Este año hubo seis corridas. Padilla sumó cinco orejas, Diego Urdiales, en su primera tarde, y El Juli, una. El resto se difuminó con diecinueve silencios, avisos… y cositas así. Sin comentario.
La inauguración de La Ribera fue el día de San Mateo de 2001. Cinco toros de Marca y uno de Bañuelos, el primero. Pobre resultado. Ponce, dos silencios, El Juli, palmas y ovación, y Diego Urdiales, silencio y una oreja tras aviso. La primera en el nuevo coso. Se dieron seis corridas y se obtuvieron ocho orejas, veinte silencios y nueve avisos… entre otras cosas. Otro ciclo de hartura popular. Como anécdota, el 7 de abril del año siguiente se estrenó la cubierta de la plaza: toros de Juan Pedro Domecq para Joselito, oreja, Morante y El Juli, dos orejas. La feria ordinaria tuvo seis corridas con prólogo de victorinos.
En Logroño no hemos conocido otra empresa que Chopera. En 1950 se hicieron cargo los hermanos Pablo, Manuel y Antonio Martínez, siguieron esencialmente Jesús y Manuel Martínez Flamarique, también aparecían los primos José Antonio y Javier Martínez Uranga algún rato, y ahí siguen Pablo y Óscar Martínez Labiano en trío con Manuel Mrtínez Azcárate, hijo de Pablo. La empresa histórica más importante en la historia del toreo que ha regentado las plazas de más categoría y capacidad en España, Francia, Perú, Colombia, Venezuela y Ecuador.
URDIALES: ÚNICO TORERO RIOJANO DE FERIAS
Diego Urdiales ha sido, y es, el primer torero de La Rioja, añadiría del norte incluyendo Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, Burgos… que llamamos de ferias. Con 25 años de alternativa, le costó temporadas orientarse, ha tenido tardes de triunfo en Sevilla, Madrid, Bilbao, Pamplona, Logroño, Valladolid, Salamanca, San Sebastíán… y otras plazas. Y mantiene alto el cartel de buen torero.
Fácil de recordar su debut en el 99 cortando dos orejas, otras dos al año siguiente, o la tarde de tres y rabo en 2007 con los victorinos e indulto a Molinito, las dos a un torrestrella en el 2009, o las otras dos a otro victorino y alcurucén unos años después, otro par alternando con Fandiño, las seis que sumó en dos corridas en 2015, otras cuatro alternando con El Juli, dos con Morante, cuatro con Roca Rey… Es el rey de La Ribera y en Logroño ha toreado unas cuarenta corridas ganando otros tantos premios. Ya sé, ya sé que también hubo silencios, avisos… pero el cómputo es histórico.
Ofrece un toreo asentado, con ajuste, temple, estética, medida, colocación, remate y fino clasicismo que a veces no abrocha en resultados populistas por los fallos con los aceros. El trianero Chicuelo, monarca de La Alameda sevillana, es citado como creador del toreo moderno. Su hijo Rafaelito Chicuelo, torero exquisito que llegó cerquita pero “sabía”, declaró en Cuadernos de Tauromaquia (Número 33): “Ahora que se ha retirado Morante dime tú qué torero de arte queda. Y cuando se quite ese de La Rioja, Diego Urdiales, dime qué torero es capaz de torear con la cintura y con auténtica naturalidad. Yo no veo a nadie de momento”.
Rafaelito, buen delantero de frontón con la pala, devoto de Pepe Luis, fue artista frágil y “desganado”. Salió a hombros en Madrid, Sevilla… le dio la alternativa Antonio Ordóñez, al que admiraba, y era muy buen torero. Duró un ratito. Pero lo que dijo de Urdiales, en 2017, se confirmó.
Víctor Ruiz de la Torre “El Satélite” no hizo paseíllo alguno en la feria matea. Sí toreó dos novilladas picadas por la de San Bernabé, ya desaparecida, alternando con Antonio León y El Cordobés. Los riojanos obtuvieron una oreja por coleta y el de Córdoba, tres y un rabo (10-6-62). Alternó con El Bala (14-6-64), dos orejas, y Tinín cortó una.
Gallito de Alfaro hizo cuatro paseíllos en San Mateo: tres corridas de toros y una novillada picada. Sin trofeos.
Pedro Carra toreó nueve corridas en la feria logroñesa y cortó cinco orejas.
El Víctor se anunció en una corrida. Sin trofeos.
Diego Urdiales mató treinta y ocho corridas en Logroño. Cortó treinta y ocho orejas, ocho vueltas vueltas al ruedo, cuarenta y dos avisos, treinta y siete silencios y once ovaciones.
El rejoneador Sergio Domínguez toreó once corridas, mató veintiún toros y obtuvo cuatro orejas, cuatro vueltas, seis ovaciones, dos avisos y siete silencios.
Chucho Ortega toreó una novillada picada en la feria matea.