Lo de menos fueron los trofeos, que también los consiguió, y pudieron ser más con mayor precisión con la espada, pero las imágenes de toreo enclasado y de calidad de Curro Díaz, dejaron muy patente que las empresas deben abrirle las puertas de las grandes ferias y los carteles de lujo. La difícil naturalidad de Curro Díaz, que nace de una gran colocación y se prolonga con la despaciosidad y empaque de sus muletazos, fue la nota predominante de una magnifica tarde del torero de Linares en el Palacio Vistalegre de Madrid. El toreo no es entrega agónica en busca del triunfo a toda costa. Torear de verdad es otra cosa, que tiene mucho que ver con la manera de estar de Curro ante los toros de Victorino, toros a los que hay que entender como entendió este torero a los de “El brujo de Galapagar”.
Y es que el valor de verdad es tener cuajo para ver venir a los toros, esperándolos con la cabeza clara, las muñecas sueltas y la figura relajada sin crispaciones ni estridencias. Los naturales brotaron de su mano izquierda como brillantes engarzados en oro de muchos quilates. Lo de menos fueron los trofeos, que también los consiguió, y pudieron ser más con mayor precisión con la espada, pero las imágenes de toreo enclasado y de calidad de Curro Díaz, dejaron muy patente que las empresas deben abrirle las puertas de las grandes ferias y los carteles de lujo. Hubo a lo largo de su actuación quince o veinte muletazos que fueron auténticos carteles de toros, dignos de Roberto Domingo o Ruano Llopis, pero en general, sus dos faenas quedaron, en la memoria de los aficionados que saben paladear el toreo, como una fuente de inspiración para pintores.
Vi la corrida homenaje a Victorino, a través de la pagina web de Castilla La Mancha TV, y no comprendo cómo todavía algunos dejan caer que a este torero le falta dar un paso más en su torera actitud. ¿Para qué? ¿Para vulgarizar con arrimones innecesarios lo que son auténticas joyas de armonía, empaque y relajo, condiciones indispensables para convertir en arte puro lo que se hace con los toros? No Curro, no, haz oídos sordos a los cantos de sirena y sigue como eres, que es lo que te hace un torero distinto, que merece un sitio especial en la cumbre del toreo.