REPORTAJE

Una preparación de atleta, la clave de la gesta de Escribano en Sevilla

Álvaro Solano
martes 16 de abril de 2024
Pudo salir al ruedo recién operado gracias a la preparación física que mantiene con su entrenador Luis Teba del Pino, que recogió aquella tarde la primera secuenciación en tiempo real de una cornada con parámetros medidos por un pulsómetro

La tarde del sábado en la Maestranza ha quedado marcada a fuego en la memoria de los aficionados. Como en una epopeya griega, Manuel Escribano pagó con sangre la gloria sevillana, volviendo a demostrar por qué los toreros son los últimos héroes de la sociedad en la que vivimos.

Con una cornada de 10 centímetros en el tercio inferior del muslo derecho, el de Gerena peleó con los médicos para evitar la anestesia general y poder volver a salir al ruedo: “Los médicos no me querían dejar salir a torear. Yo pedí que no me pusieran anestesia general, que hiciesen lo que considerasen, pero que en ningún momento fuese general. Hubo unos momentos de tensión… pero al final atendieron mi petición bajo mi responsabilidad. Casi tuve que amenazar -ríe el torero- a mi mozo de espadas dándole la responsabilidad de que no me durmieran”. Una herida de la que continúa recuperándose a la espera de nuevas pruebas: “Me encuentro dolorido, pero con mucho ánimo, aunque posiblemente haya más cosas rotas que evaluaremos estos días”.

Escribano, junto a Luis Teba del Pino.

Parte de la capacidad que permitió salir a lidiar a Manuel Escribano de nuevo, reside en la innovadora técnica de preparación física que el sevillano lleva realizando en las últimas temporadas. Un proyecto iniciado por Eduardo Sáez de Villarreal y continuado por Luis Teba del Pino, quién además ha realizado una tesis doctoral al respecto, que aúna las últimas tecnologías en materia de acondicionamiento físico con la tauromaquia: “Es la primera vez que se unen las ciencias de la actividad física y el rendimiento deportivo con la tauromaquia. Buscamos encontrar cuáles son las necesidades del torero desde un punto de vista físico con respecto a la lidia. Ver lo que necesita y ayudarle a conseguirlo”, comenta el propio Teba.

Un trabajo que se desarrolla de manera minuciosa a raíz de los datos aportados vía pulsómetro y GPS, que detallan las necesidades específicas del torero de cara a la lidia y su planificación: “Tenemos una larga preparación durante meses para que pueda llegar al punto en el que está. La clave reside en analizar lo que sucede en la plaza para después reproducirlo en los entrenamientos y hacer esa preparación específica para lo que va a suceder”.

En el caso de Manuel, sus condiciones físicas, sumadas a esta técnica pionera, hacen de él un atleta de alto rendimiento especializado en la tauromaquia: “Su preparación física es fundamental; desgraciadamente ha sufrido muchos percances y él ha sabido sobrellevar bien esas dificultades y las complicaciones que ha arrastrado. Este desarrollo físico le permite mantenerse en la actividad a pesar de la edad. Va a cumplir cuarenta años y mantiene el vigor, la agilidad y la fuerza”. Todo ello hizo posible que pudiese abandonar la enfermería para volver a colocarse en la cara del toro: “Desde el punto de vista físico es extraordinario cómo adaptó sus capacidades para que esa carencia física por culpa de la cornada, no le lastrase en el ruedo. Más aún con una cirugía recién terminada”.

Al margen de esta novedosa preparación, la tarde en Sevilla dejó un hecho científico histórico. Por primera vez se ha monitorizado una cornada: “Nosotros monitorizamos su frecuencia cardíaca con el único objetivo de conocer la intensidad que tiene y después reproducirlo entrenando. Sin embargo, ocurrió una de las posibilidades: que una herida por asta de toro fuese monitorizada en parámetros cardíacos”. Luis reconoce la importancia de los datos, a la espera de un análisis pormenorizado que ayude a comprender mejor la respuesta del cuerpo ante estas situaciones: “Creo que estamos ante unas referencias únicas que no pueden ser tomadas a la ligera”.

En esta misma línea, asevera que hay que proceder con cautela y estudiar detenidamente los parámetros para no cometer ningún error: “Dar datos sobre algo que requiere mucha reflexión y análisis, ahora mismo sería dar una respuesta que posiblemente sea incorrecta. En cuanto a la frecuencia cardíaca en el momento del percance o en los instantes posteriores, ocurre igual. Falta estudio y análisis porque hay que llevarlo al segundo exacto para poder extraer las conclusiones correctas y los datos verídicos. Faltan aún unas semanas o meses para tener todo analizado y estructurado de manera veraz”.

Las correspondencias preliminares arrojan resultados que pueden llegar a resultar muy sustanciosos para la comunidad científica: “Estoy asombrado con cosas que he visto. Hay que analizar esos datos detenidamente para conocer qué ocurre en esos momentos concretos y estoy seguro de que van a salir cosas muy interesantes. Existe ya un proyecto para publicar en una revista científica”.

Teba reconoce que queda mucho trabajo por delante, con el objetivo de explorar un nuevo mundo en la tauromaquia prácticamente inédito: “Hay factores como la adrenalina o el cortisol que son transmisores, que inciden en la frecuencia cardíaca. Hay que ver los parámetros de estos neurotransmisores durante el desarrollo del toreo. Queremos comprender más el mundo de la tauromaquia desde un punto de vista desconocido como es el de la actividad física”.

Con su fisio Salas LLuch tras el percance de Sevilla.

Manuel Escribano tiene ahora la mente puesta en su próximo compromiso, que es este domingo en Sevilla nada menos que con la corrida de Miura. El torero sigue sometiémdose a distintas pruebas para confirmar o descartar las posibles lesiones. De momento, su fisioterapeuta -y el de muchos toreros- Salas Lluch, es otro de los profesionales que trabaja para poner a punto al torero.

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