Cultura ha devuelto los Registros Taurinos a Interior por no poderlos atender. La decisión del ministerio del señor Wert me recuerda un anuncio que leí…
Cultura ha devuelto los Registros Taurinos a Interior por no poderlos atender. La decisión del ministerio del señor Wert me recuerda un anuncio que leí hace poco en un periódico, como clara referencia a la hambruna que ya comienza a enseñar la oreja en la crítica situación económica que vivimos: “Se vende dentadura por no poderla atender”. Hacerse cargo de los citados Registros ha sido la única decisión adoptada hasta ahora por el Ministerio de Cultura, como dato visible de la integración de la Fiesta de los Toros en ese departamento gubernamental. Sin embargo, a los pocos meses los devuelve adonde solían. Eso sí, según se ha dicho, la devolución se hace con carácter provisional. Pero dado lo que suelen durar aquí las cosas provisionales cabria aplicarles aquella célebre frase referida a los alféreces universitarios durante la pasada guerra civil, muy descriptiva de la valentía y falta de preparación de que hacían gala: “Alférez provisional, cadáver efectivo”.
De cualquier modo, ya se está viendo de lo poco que sirvieron las idas y venidas del tristemente célebre G10 para hacerse la foto con ministros y políticos. Cuando se anuncio el paso del toreo a Cultura, los endomingados mozos se precipitaron a apuntarse lo que parecía un éxito. Que no lo era tanto, y además fue producto en mayor medida de la presión social y de la prensa. Pero en fin, a todos nos han dado pases por bajo y todo aquel trasiego publicitario solo sirvió para quedarnos en el mismo sitio. Mas solos que la una, y rodeados de enemigos…
Por cierto, El Cid se ha quitado del G10. Se comprende fácilmente su decisión. Lo que no fue tan comprensible es que hiciera causa común con quienes nunca le dieron ni le darán un soplo en un ojo. Enhorabuena Manuel Jesús, más vale tarde que nunca…
