“Me han quitado los drenajes y me voy recuperando muy bien”, explica.
El torero aragonés de Ejea de los Caballeros Alberto Álvarez continúa ingresado en la Clínica Quirón de Zaragoza, donde se recupera de la cornada de tres trayectorias –de 5, 10 y 25 centímetros, respectivamente- que sufrió el pasado 12 de octubre en la plaza de Calanda, en la que paseó cuatro orejas tras estoquear tres toros. “Sabía que iba herido pero tenía que hacer el esfuerzo de quedarme en la plaza. El doctor Val-Carreres me dijo que no entendía cómo podía haber soportado tanto tiempo con tres cornadas así. Ni yo mismo lo sé. Quiero ser torero, me considero un buen profesional y lo hice porque entiendo que era mi obligación”, explica el diestro.
“Me cogió el primer toro de mi lote, cuando le estaba toreando muy asentado, en un quite con el capote a la espalda. Noté rápido que me había calado pero las ganas que tengo de abrirme paso en la profesión me obligaron a quedarme”, asegura.
La evolución de las heridas va por buen camino. Ayer mismo le practicaron una cura: “Me quitaron los drenajes, la herida va evolucionando muy bien y ahora lo que quiero es ya irme cuanto antes para casa y comenzar a entrenar”, revela un animado Alberto Álvarez.
