La Revolera

Una alegría y una pena

Paco Mora
lunes 07 de octubre de 2013

Absueltos, y con todos los pronunciamientos favorables, si, pero ¿quién paga el malestar, zozobra e indignación a que los ha sometido durante años…

Absueltos, y con todos los pronunciamientos favorables, si, pero ¿quién paga el malestar, zozobra e indignación a que los ha sometido durante años el juicio a que han sido sometidos los hermanos González por determinados medios de desinformación que los han mantenido en la picota? Daño que no le han hecho solo a los injustamente encartados en el Caso Malaya sino también a los periodistas comprometidos con la misión de informar verazmente. Porque a ver quien convence ahora a Ignacio y a Manuel de que todos los periodistas no somos iguales.

En el Caso Malaya no debieron mezclarse nunca las churras con las merinas, como jamás deben ser medidos por el mismo rasero los miembros de la “tribu” de buitres carroñeros de cierta prensa con los periodistas que hemos ejercido durante toda nuestra vida la profesión con seriedad y prudencia. A mí me enseñaron mis maestros a llamarle cobarde al que huye, ladrón al que roba y criminal al que mata, pero también a no poner en marcha el ventilador de la porquería caiga quien caiga. De eso deberían tener algo que decir los jueces. Entre los que por lo visto también hay de todo. Ellos con absolver después de tantos años de angustia les parece que ya están libres de pecado, pero somos muchos quienes no nos tragamos esa píldora. La Justicia con mayúsculas no es tal si no sabe reparar sus errores. Así como adoptar medidas preventivas contra los juicios paralelos. Porque las falsas informaciones salen de los propios juzgados y son los jueces quienes deben impedirlo, y castigar a los que sacan información de los juzgados con destino a los buitres carroñeros arriba referidos. Ellos sabrán a cambio de qué.

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