FERIA DE SAN ISIDRO

Roca Rey, puerta grande, se consagra en Las Ventas

El peruano le corta las dos orejas al sexto tras una faena de impacto y valor descomunal; Alejandro Talavante, un trofeo, se la juega sin trampa ni cartón con el quinto y lo cuaja al natural
Íñigo Crespo
viernes 13 de mayo de 2016

Autenticidad y valor descarnado de Roca Rey para cautivar a Madrid, lección de figura de Talavante con un toro duro de Cuvillo. Todo sucedió en los dos últimos ejemplares de una tarde que empezó muy fría pero que acabó en los cielos.

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE JAVIER ARROYO DEL FESTEJO

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

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Fotos: JAVIER ARROYO

Con un toro de Mayalde con movilidad pero de media arrancada, que nunca ha querido ir metido en la muleta y con la única virtud de atender a los toques, Roca Rey tocó la gloria de la plaza de Madrid con un determinación brutal y un valor a prueba de bombas. Desde el quite por gaoneras, pasando por el inicio por estatuarios en el que a punto estuvo de ser cogido, las zapatillas atornilladas, la manera de aguantar tarascadas, de ligar los muletazos en un un palmo de terreno que el toro no parecía tener, todo tuvo una emotividad mayúscula. Faena toda ella ejecutada en los medios. El peruano nunca no ha dudado, bajándole la mano, sacándoselo por la espalda…. un auténtico alboroto. Sin embargo nunca perdió la solemnidad que atesora en su andar por la plaza. Se tiró a matar o morir en la estocada, que cayó arriba y con el torero encunado entre los pitones. Tremendo. Dos orejas en su presentación de matador en Madrid, como dos cortó en su presentación de novillero. Apoteósica la salida a hombros.

Noble pero sin fuerza el primero de Cuvillo, toro de la confirmación de Andrés Roca Rey, lo que le hizo defenderse durante la lidia. Sí tuvo virtudes como la fijeza y la prontitud, pero faltó transmisión. Castella quitó por chicuelinas y encontró la réplica del toricantano, que lo hizo por talaveranas muy logradas y que fueron ovacionadas con fuerza. Roca Rey brindó al Rey Juan Carlos. Muy buen actitud del peruano, que se lo pasó muy cerca siempre, tanto en el toreo fundamental como en el accesorio hasta en el arrimón final en el que las puntas rozaron la taleguilla. Mató de una estocada y fue ovacionado.

El segundo fue un buen toro con el único defecto de no tener la fuerza suficiente para desarrollarlo en plenitud. Sebastián Castella, tras un buen quite de Talavante, también brindó al Rey y compuso una faena larga -sonó el aviso antes de entrar a matar- y solvente en la que un sector del público venteño se mostró intransigente con el diestro francés. No le importó a Castella, que dio la cara siempre con firmeza y mató de manera eficaz, siendo silenciado. El primer remiendo de Mayalde, que fue mal lidiado, se movió sin acabar de emplearse en la muleta de Castella. Voluntariosa pero sin eco la labor del francés ante un toro informal que tuvo mejor principio de muletazo que final. Alguna pincelada suelta, un cambio de mano y una trincherilla fueron más jaleados antes de que Castella manejara los aceros de manera deficiente.

De fenomenales hechuras y seriedad fue el castaño chorreado que hizo tercero. Alejandro Talavante, inédito con el capote, lo cuidó mucho en varas y se puso a torear sin probaturas al natural, por donde surgieron dos buenas tandas. Bajó por el pitón derecho el nivel de una faena que acabó condicionada por las pérdidas de manos de un toro bueno pero al que le faltó fortaleza. Con la espada no anduvo certero el extremeño, siendo silenciado. El jabonero quinto, fuerte, alto de hechuras, arrolló a Juan José Trujillo con el capote. No se empleó el de Cuvillo, midiendo siempre al torero. Una dura prueba. Alejandro Talavante tiró la moneda al aire, apostando por el toro y tragando parones y derrotes. Faena de gobierno y raza, muy emotivo todo, con dos tandas al natural de nota muy alta. Una lección en toda regla. Madrid se entregó al torero extremeño, que mató de una estocada de efecto fulminante y cortó la oreja, que fue pedida con mucha fuerza.

Madrid, viernes 13 de mayo de 2016, 8ª de San Isidro. Cuatro toros de Núñez del Cuvillo, bien pero desigualmente presentados, el 5º con movilidad pero sin clase y con peligro, dos (4º y 6º) de Conde de Mayalde, que se movieron en distintos grados. Sebastián Castella, silencio tras aviso y silencio; Alejandro Talavante, silencio y oreja; Roca Rey, que confirma alternativa, ovación con saludos tras aviso y dos orejas. Entrada: Lleno. El Rey emérito Juan Carlos I y su hija la Infanta Elena asistieron al festejo.

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