FERIA DE SAN ISIDRO

La autenticidad de Ureña vuelve a imponerse en Madrid

El murciano, con una actitud muy pura y heroica, pasea una oreja del quinto y pierde por los aceros otra de su primero
Íñigo Crespo
domingo 22 de mayo de 2016

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE JAVIER ARROYO

LA OPINIÓN DE PACO MORA: El favorito de la reina

Fotos: JAVIER ARROYO

Ureña cortó una oreja de ley frente al quinto, un astado exigente, al que no se le veía por ningún lado y por el que, sin embargo, el murciano apostó desde el principio con un convencimiento y una determinación brutales. A base de aplomo y perfecta colocación, fue ganando la partida al animal. Sufrió dos volteretas fuertes y consiguió una tanda por el lado izquierdo en la que hubo muletazos largos. Faena emotiva, de mucha tensión, ejecutada con el torero visiblemente mermado de facultades. Muy volcada la gente con el murciano. Pinchazo y casi entera en lo alto. Todo había empezado con un intento de portagayola que salió frustrado, pero su actitud ahí quedó. Actuación de mucha verdad. Tremendo y titánico esfuerzo. Heroico, pero toreando de verdad. Madrid, rendida a Ureña.

El colorado que hizo segundo fue un buen toro, especialmente por el pitón derecho. El animal desarrolló clase y nobleza, si bien quizá le faltó un puntito de empuje. Tuvo profundidad en sus embestidas. Paco Ureña cuajó un saludo muy embraguetado a la verónica con el capote, rematando con tres medias. La faena de muleta tuvo dos virtudes fundamentales: la elección de los terrenos -en el 6, donde molestaba menos el viento- y la colocación y la despaciosidad de toda la labor. Hubo riesgo también, porque se apretó mucho con el toro, toreando muy despacio. Dos series fluyeron relajada la planta por el pitón izquierdo; y hubo otras dos sobre la diestra muy encajado y logrando muletazos de trazo bueno, largo y por abajo. Gustaron también los adornos: un pase de pecho a la hombrera contraria, un pase del desdén, un cambio de mano eterno… Se tiró derecho a matar, resultando prendido sin consecuencias. Aunque la espada cayó arriba, el toro no cayó y hubo de dar tres golpes de descabello. Ovación y petición de vuelta al ruedo.

El primero fue un toro bajo y serio, que manseó mucho a lo largo de su lidia, resultando noble pero gazapón y sin emplearse. El Cid tampoco se confió. Anduvo breve en una labor resuelta a base de oficio. Mató de una estocada baja y fue silenciado.

El remiendo de Buenavista que saltó en cuarto lugar fue manejable, humilló y resultó mejor por el pitón izquierdo. Faena correcta y cumplidora de El Cid, que se justificó en una faena que fue de menos a más. Lo mejor llegó al final, primero con una tanda por el pitón izquierdo y después con un epílogo metido entre pitones. Estocada desprendida. Silencio tras aviso.

El tercero regresó a los corrales por blando, saliendo en su lugar un sobrero de Julio de la Puerta que tuvo movilidad pero embistió rebrincado. Fortes ejecutó una faena valiente y de buena actitud, pero sin llegar a compactar nada. Mató de una estocada y fue silenciado.

El sexto fue el más deslucido del festejo, un toro que embistió rebrincado y con la cara alta. Le faltó emplearse y no dio opciones. Faena de tesón de Fortes, que contó con muy poquito brillo. Estocada corta y descabello. Silencio.

Madrid, domingo 22 de mayo de 2016. Toros de Las Ramblas, Buenavista (4º) y Julio de la Puerta (3º bis), jugado éste tras devolverse el 3º por flojo. Bien presentados los de Las Ramblas, con nobleza y movilidad en distintos grados. El de mejor condición, el 2º, con nobleza y clase. Más irregular y cambiante de ritmo el 5º, pero sacó cierto son por el lado izquierdo. Manejables el 1º, el remiendo de Buenavista y el sobrero de Julio de la Puerta. El Cid, silencio y silencio tras aviso; Paco Ureña, ovación con saludos y oreja; Fortes, silencio en su lote. Entrada: Casi lleno.

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