El de Linares está llamando con fuerza a las puertas de las ferias, que abrirá si los poderosos y cuasi omnipotentes trust, auténticos “señores del toreo”, no lo impiden.
Una gran corrida de Fuente Ymbro ha situado a Curro Díaz en Francia. Tres orejas en La Brède, compitiendo con dos de los cachorros que vienen apretando -López Simón y Galdós- sancionaron el sábado día 25 su triunfo de torero en sazón, puesto y dispuesto para los mayores empeños. El de Linares está llamando con fuerza a las puertas de las ferias, que abrirá si los poderosos y cuasi omnipotentes trust, auténticos “señores del toreo”, no lo impiden. Su constancia, su espíritu de lucha y sobre todo su calidad de torero artista no exento de un valor recio y sin alharacas, dan pie para esperar que por fin se le haga justicia.
Toreros como Curro tienen derecho a encontrar un camino más expedito hacia la consecución de su sueño. No es creíble que las empresas no se hayan dado cuenta de que la solidez y la regularidad en el sacrificio de un torero de clase como él merecen mayor atención. Triunfó con los de Miura el pasado año y ahora con los de Ricardo Gallardo, amén de que, en lo poco que ha toreado, salió a éxito por tarde. Y a mayor abundamiento, tiene en su haber un triunfo grande en Las Ventas, pese a lo cual no ha vuelto a hacer el paseíllo en Madrid. Creo sinceramente que no es exagerado hablar de injusticia. Quizás su gran error haya sido no incrustarse en una de las “casas grandes del toreo”, en las que se torea tanto y en muchos casos sin merecimiento.
Un día u otro habrá que comenzar a denunciar con fuerza y tesón dónde reside el auténtico enemigo larvado que amenaza con acabar con el toreo. Ya sé que es difícil hacer frente a tanto “roneo” de intereses bastardos como pululan alrededor de ese siniestro mundillo. Pero cada día se hace más insoportable callar y mirar para otro lado. Dinámica que habrá que acabar rompiendo aunque no sea más que por propia estima de los que escribimos por pura afición y amor a la Fiesta de los Toros.
