Un paso definitivo al frente. Tocar la gloria con las yemas de los dedos, una campaña de superación y una reafirmación de sí mismo. Curro Díaz se ha consagrado en el escalafón como un torero importante, un nombre que ha dado ese golpe en la mesa que tanto necesitaba. Una simbiosis artística y creativa, un torero capaz de aunar la clase más exquisita con el valor más desgarrador y auténtico. Forjado por el tiempo, el de Linares ha completado un año cargado de épica y lírica. Paso a paso, como la fragua de los sentimientos. Madrid como eslabón último de un año inolvidable. El principio de todo, augura Curro en una conversación personal y sincera con APLAUSOS. Ideas claras de un torero sin techo y en constante búsqueda interna. Un artista distinto a todo y a todos.
– “Soy feliz por escribir yo mismo las páginas de mi propia historia. A otros se la escriben, en mi caso me la escribo cada tarde”
– “Está vislumbrándose lo mejor de Curro Díaz. Es como si sintiese que todo acaba de comenzar. Ahora tengo necesidad de torear aún más despacio, esa es mi ambición”
– “Mi carrera se ha basado en Madrid y mi obligación como torero y como persona me empuja a torear en Las Ventas porque es un privilegio jugarme la vida es esa plaza”
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