Alcanzar cotas altas no es sencillo. Mantenerlas, menos. Y más cuando el producto no es lo común ni es adquirido por la élite. O sí. Los cárdenos de Adolfo Martín pasaron de estar recluidos en un tipo de carteles y de nombres a ser una de las ganaderías que tienen en cuenta los líderes para las tardes especiales. Como la de Castella en Nimes. No es casualidad. En las últimas temporadas, estos Albaserrada han conseguido abrirse paso gracias a su humillación, temple y entrega. Eso sí, sin olvidar la casta. Un punto de emoción y peligro que mantiene la atención y al torero en total concentración. Cualidad ésta, la raza, que el ganadero sigue persiguiendo para mantener y, si puede ser, aumentar. De momento, la batalla está en permanecer en las alturas.
– “Hoy se ha hecho un toro que dura mucho, que embiste media hora con nobleza y aprende poco. Las faenas largas me aburren”
– “La bravura es la condición de acometer. Y cuando se acomete con fiereza, eso es casta. Y es fundamental porque da emoción”
– “Puede parecer un disparate pero una persona haciendo de toro, embistiendo, no lo hace tan perfecto como un toro de este encaste”
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