Las últimas corridas de toros en Vitoria han sido, con once años de diferencia, dos. El año 2005 se clausuró la centenaria plaza de Txagorritxu. Martes 9 de agosto. Toros de José Rufino, del hierro de Peñajara, para José Ignacio Ramos, Juan Bautista e Iker Javier Lara, un proyecto de torero del país, de la muy taurina villa de Llodio. Ramos, burgalés de cuna pero hecho taurinamente en la escuela que tuvo y mantuvo en Vitoria Santos Serranillo, era el torero de la ciudad. Y no solo, pues supo trascender el papel de torero regional o local gracias a sus talentos: una sinceridad conmovedora y elemental, capacidad en todos los tercios con todos los hierros posibles del arco torista y una manera de atacar y acertar con la espada que ni tenía precedentes ni ha tenido tampoco émulos después.
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