Paco Cañamero
jueves 18 de agosto de 2016

La ganadería salmantina lidiará una seria novillada en Bilbao, la tierra natal del fundador de esta divisa

FOTOS DE LOS NOVILLOS DE JOSÉ CRUZ EN EL CAMPO

Fotos: ISMA SÁNCHEZ

La novillada de José Cruz será la protagonista del segundo festejo de la Feria de Bilbao. Las reses de la divisa roja y verde saldrán a las arenas negras de Vista Alegre para ser lidiadas por Alejandro Marcos, Pablo Aguado y Luis David Adame, una terna de interés y con muchas ilusiones por delante. La fecha será el domingo, 21 de agosto.

Rafael Cruz, el responsable de la ganadería, es hijo de José Cruz, quien fundó la ganadería hace más de tres décadas y falleció el primer día de enero de 2013. Ahora regresa a su tierra natal, en el que es uno de los compromisos más importantes de la temporada por la categoría de la plaza y también por la procedencia bilbaína de la familia: “Desde luego que Bilbao te quita el sueño, es mucha la responsabilidad de comparecer en una plaza que está tan ligada a nuestra vida y de la que se ha alimentado nuestra afición. Además es una de las ferias más importantes de la temporada y todo lo que ocurre en Vista Alegre siempre tiene una gran repercusión”.

Radicados desde hace más de treinta años en la finca Cabezal Viejo, en tierras de Águeda del Caudillo y muy cerca de Ciudad Rodrigo, la ganadería cambió su rumbo a partir del año 2.000. En ese momento se desechó lo anterior de Barcial y se adquieren los derechos de Herederos de Ignacio Pérez Tabernero y un lote de vacas de Daniel Ruiz, que es la base actual y con la que ya ha logrado momentos de interés. Y con la intención de repetir llega a Bilbao, “hemos puesto todo el interés en la novillada, por reata y por nota creo que van los que deben ir y tenemos toda la confianza en que embistan para ofrecer una gran tarde”.

Hay que recordar que está familia goza de reconocido prestigio en los ambientes taurinos de Bilbao; su padre, José Cruz, fue novillero en su juventud y alcanzó relieve en su faceta de empresario, sobre todo en la plaza de Vista Alegre en la que organizó los espectáculos de promoción lejos de la feria. Entonces, gracias a él, la afición bilbaína que inauguraba la década de los setenta vibró con Manzanares y Galloso, mientras que al siguiente lo hizo con El Niño de la Capea –que allí es un ídolo-, Julio Robles y Raúl Aranda. “Sentimos el peso de esa responsabilidad histórica que nos supo trasladar nuestro padre, por esa razón Bilbao siempre marca un antes y un después en la ganadería”.

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