Bilbao ha sido la explosión. Y la lógica con un puñado de sal, y otro suerte, se ha convertido en una feria de referencia. Y de buen trabajo. Su obsesión por cuidar el ganado, por buscar las ganaderías en mejor momento, por un seguimiento total por parte de la Junta, del gestor, del presidente, de los veterinarios, ha dado su mejor juego en la feria en la que han embestido más corridas. Y de seis han embestido cinco. Como dicen que era antes. Como hace años que no se veía. Y ahí están rotundas las de Cuvillo, cinco y medio, las de Alcurrucén, otros cinco y medio, la de Victorino, cinco, la de El Pilar, media seguro, la de Fuente Ymbro otra media... ¿Fallar? Falló de verdad, y duele, la de Miura. Fue el único fiasco. Aunque en la zona baja quede que Victoriano del Río, acostumbrado al póquer sólo sacara una pareja de toros buenos. Y en cuanto a Jandilla, que embistió poco y no permitió grandes cosas, hay que poner en su descargo que fue una señora corrida, seria, dura y desde luego no insoportable.
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