El ejemplar más grande no es el mejor. APLAUSOSNo quiero pensar que sea cosa de personalismos, cualificación o vendettas, aunque vaya usted a saber, así que dejémoslo en cosa de los nervios, pero pasan las temporadas, una, otra y otra más, van muchas, y las tardes de toros de Valencia, especialmente cuando hay escaparate, digamos expectación, andan colgadas de los avatares mañaneros en los corrales, toros atrás, toros adelante, este sí, este no, el que no valía, ahora vale, el que valía, ya no vale, es como si pesasen azafrán sin que los resultados de tanto celo (¿?) conduzcan más allá de absurdos descalzaperros que acaban sufriendo profesionales y aficionados. Una falta de criterio que conduce a la nada y a la desorientación, a que toros rechazados en Valencia por los más peregrinos argumentos acaben lidiándose en otras plazas de categoría con excelentes resultados o que acaben saltando al ruedo valenciano ejemplares grandullones, feos, alejados del fenotipo de lo que debe ser un toro de lidia en perjuicio del éxito y en beneficio de nadie. Pasó hasta en la última feria de la temporada cuando el novillero del momento cargó con un novillo grande, feo, mal hechurado que impidió su éxito y el de toda una Valencia que había depositado en esa tarde muchas ilusiones de un mejor futuro que tanta falta hace.
La cuestión no es nada nueva y pese a los perjuicios que genera no encuentra soluciones. Ni nadie asume responsabilidades. En el lenguaje de los taurinos ya nadie sabe cuál es el toro de Valencia. O sí. Rechacen la armonía y comenzarán a aproximarse. Pónganle kilos, muchos, y habrán dado un paso más hacia el salvoconducto. Y a ser posible cuernos, pónganle muchos cuernos… pero no hacia arriba porque si son veletos asustan menos a los toreros. Eso dicen. Pero ni así se estará seguro de lo que piden. No hay modelo, eso es parte del drama.
El objetivo no debe ser rebajar el rigor, solo mejorar la calidad del ganado
En tiempo de invierno y serenidad, a la espera de la nueva temporada cuyo clarinazo de salida en la máxima categoría como manda la tradición será en Valencia, con las instituciones a favor como no han coincidido nunca, debería producirse una reflexión entre los protagonistas y un ejercicio de aproximación. No está el toreo para veleidades personales, ni mucho menos para traicionar la personalidad de una plaza que siempre fue referente en la temporada española, ni mucho menos para autoproclamados salvadores de la tauromaquia por designio divino.
Si buscan el toro de Madrid están perdiendo el tiempo. Ni hay toros de Madrid para Valencia, en realidad no los hay ni para Madrid, y si los hubiese seguramente no habría dinero. Objetivo que ni ahora ni cuando se adoptó, que no es idea nueva, fue una buena idea; como tampoco lo sería traer el toro de Pamplona pongo por caso; ni mucho menos apostar por el toro que pretendan las figuras, faltaría más. Otra cosa sería buscar el toro de Sevilla, el modelo que siempre estuvo más parejo con el de Valencia, aunque las cosas han variado tanto en Valencia que muchos de los toros que admiten en Valencia ni los embarcarían para Sevilla. Por grandes y feos.
No se debe ir contra la personalidad de un coso que desde siempre gozó del máximo rango
Por todo ello, vale la pena, Valencia se juega mucho, siéntense, hablen, acerquen posturas, confíen en los profesionales, acepten su información, en realidad todos quieren triunfar, confíen y al que no dé la talla quítenle la razón y el crédito, siléncielo. Recientemente estuvo en Valencia Florito, una de las autoridades más reconocidas en la materia, denle la palabra y escuche quien tenga que escuchar. No se trata de abrir ninguna gatera a la martingala, ni rebajar el rigor propio de un coso de primera, que no se equivoque nadie, pero desde luego no se puede traicionar la personalidad de la plaza y su gente. Si Valencia fue lo que fue, una de las grandes referencias con el toro de Valencia, no se puede malbaratar su prestigio por vendettas o caprichos. Y ya es mucho tiempo sin rumbo, de la ceca a la meca, olvidados del toro armónico, serio, con trapío. Y si en ese viaje de paso se ajustan criterios en la hora de los trofeos sería… sería un milagro.
Respaldo total a los toros en Valencia
La gala taurina del libramiento de premios taurinos de la Diputación en la que Vicent Mompó y Vicente Barrera dieron a conocer buenas y oportunas noticias, reunió brillantez y presencia de figuras, Manzanares, Talavante, Nek Romero, los ganaderos Rafael Molina y Conchita Hernández, una pareja de grandes toreros de plata, Curro Javier y Fernando Sánchez, además de un reconocimiento final a todo lo que supuso el maestro Ricardo de Fabra recientemente fallecido, todo ello ante una masiva presencia de aficionados y presentado por los periodistas Rocío Fernández y Ángel Berlanga.
Vicent Mompó anuncia un incremento del 20% en el presupuesto de asuntos taurinos; y Vicente Barrera pide la anulación del canon de la plaza
Mientras el presidente de la Diputación, Vicent Mompó, reafirmaba el apoyo de su corporación a los toros y anunciaba “un incremento de casi un 30 por ciento con respecto al año anterior, con un gasto directo de 810.000 euros, y un gasto indirecto de 1.110.000 euros, en apoyo a los festejos taurinos y a todas las entidades que contribuyen a su grandeza”, el vicepresidente del Consell y conseller de Cultura, Vicente Barrera, se reafirmaba en su propósito de eliminar cualquier discriminación al toreo respecto a otras manifestaciones culturales y en esa misma línea proponía la abolición del canon de la plaza, “el único recinto de propiedad pública que cobra por gestionarlo, no lo hace ni el circuito ni los auditorios o teatros, es la plaza. Y no debe desaparecer para que las figuras ganen más, sino para que los aficionados tengan precios de las localidades más asequibles”. Ni qué decir que los dos mandatarios fueron fuertemente aplaudidos.
