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A punto y dispuesto

Apenas veinte años. En tiempo de lanzamiento. Ni alto ni bajo, seco y flexible, como un junco, como siempre se dijo que debían ser y estar los toreros. Metido en su papel de matador, mirada afilada, diría que de hambre, de hambre de gloria y de hombre aunque sea poco más que un niño, las ideas claras, los ojos bien abiertos, la rabia contenida por lo que considera injusto ostracismo que le frenó el año anterior, que a él le parece más injusto de lo que reconoce en voz alta. Se ha colocado frente al periodista sin titubeos, viste con la normalidad de un chico de su edad, unos jeans, un polo claro, un chaleco de pluma…. Me asegura que en su día a día no hay renuncia a nada, más bien todo lo contrario. “Esta es la vida que me gusta, es lo que me apetece”, se reafirma cortante para disipar dudas. Y en ese modo vital disfruta de su momento. Es Álvaro Lorenzo. Toledano. Sin antecedentes taurinos en la familia. Forjado en la fragua de los Lozano. Ya saben, la muleta adelante, como repite el patriarca Pablo “el toreo bueno empieza con la muleta adelante y hasta donde dé el brazo”. Máxima que le manifiesta al torero cada vez que puede y también al periodista. “La muleta adelante, José Luis”, me dice y asiento con una reserva: “El que pueda, Pablo, el que pueda”, y allí mismo me ha dejado claro que este Álvaro Lorenzo puede. Me alegra, siempre es un aval que gente del conocimiento de Pablo Lozano diga este puede.

– “Torear es coger un toro y conducirlo por donde tú quieres, hasta donde tú quieres y como tú quieres. Ponerlo a la velocidad que tú quieres, que pare cuando tú quieres y vuelva cuando tú le ordenes… El dominio del hombre sobre el toro”

– “Don Pablo me dice que los toreros han de pasar hambre y me lo explica con la teoría de la tercera chuleta. Tu madre te pone dos, te las comes y cuando dices que quieres más… esa es mala. La tercera te la tienes que buscar tú”

– “El miedo es lo único que me altera. Me enfado con mi madre, con mi hermano, con la cuadrilla. Creo que es bueno pasar miedo. Significa que eres consciente de que te vas a arrimar. Si no lo pasas es que no piensas sobrepasar la prudencia”

– “El dinero cuando no lo tienes es muy importante. Es una motivación. Se es torero porque te gusta serlo pero en el fondo se es torero por dinero, por querer hacerte rico, porque sí no torearías alguna becerra o de salón”

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