Foto: Javier ArroyoAdrián de Torres tenía clara la mentalidad con la que debía abordar la tarde del desafío ganadero de este domingo en Madrid. Una cita para matar o morir, a sabiendas de la importancia de un triunfo en Las Ventas en este primer tramo de la temporada. Así fue, valor a prueba de bombas, ofreciendo el cuerpo en sus dos lidias y jugándose el tipo con una prenda de Cuadri.
Comentaba el torero de Linares en la previa del festejo que la pasada tarde en la Feria de Otoño le dejó un sabor agridulce: “De tocar el triunfo con las manos pasé a que todo se diluyera”, a lo que añadía: “Esta cita me vuelve a llenar de ilusión y compromiso”. Así fue, ilusión y compromiso a raudales en la plaza de toros de Las Ventas.
Dos registros diferentes para cada animal. El de Pallarés, más soso, requirió buenas maneras, cuidar al animal y exigirle por momentos. El segundo, el de Cuadri, fue peligroso, poniendo los pitones a la altura del corbatín y reclamando al máximo al torero. No se amilanó De Torres que se jugó el tipo antes de dejar una espectacular estocada que bien podría ser una de las mejor ejecutadas y de mayor efectividad en los últimos años.
La oreja arrancada a base de entrega y disposición bien debería valer más oportunidades para este torero a lo largo de la temporada. No sólo en Madrid, lo que sería un reconocimiento, si no para otras plazas que podrían dar el empujón necesario para aupar a un torero al que no le faltan cualidades y que va sobrado de valor. Veremos si el curso taurino coloca en la recámara de este torero nuevos cartuchos para seguir convenciendo y avanzando en su sueño. De momento, el primer disparo ha dado en la diana.
