Foto: Juan AntonioEl pasado sábado 9 de junio dieron comienzo las fiestas en honor a San Antonio de Padua en la Capital del Toro, Vall d’ Uixó. En primer lugar se dio suelta a un toro de la ganadería de Javier Gallego, toro negro, muy bien presentado, sorprendiendo incluso por su estampa, pero sólo eso, pues en cuanto a comportamiento, la cosa anduvo muy floja, tuvo un comportamiento despistado y sin muchas ganas de emplearse. En segundo lugar se exhibía un astado del hierro de Alejandro Vázquez, un toro de igual pelaje que el anterior, pero este un poco más grande, con algunos kilos más y con unos pitones de dimensiones desmesuradas, que le afeaban la cara. El de Alejandro Vázquez tuvo una actuación correcta, recorrió el grandísimo recinto, supo estar en su sitio cuando fue necesario, pero sin llegar a ser el toro bravo que todos los aficionados quieren ver.
Caída la noche volvía a ser otro astado de la ganadería de Javier Gallego el que sería exhibido, pero esta vez embolado a fuego. Quien a pesar de ser bastante llamativo por su pelaje, no lo fue por su comportamiento, puesto que este se dedicó a corretear por el recinto. El lunes 11 por la tarde, fue el ganado de Gerardo Gamón, el encargado de divertir y entretener a los aficionados allí presentes.
El miércoles 13, se cerraba este ciclo festivo con la exhibición de un toro de Javier Gallego, toro ensabanado, algo terciadito y con poca cara. El de Gallego salió con fuerza a la arena, acudiendo con prontitud a los cites para terminar por marcharse a la carrera por las calles del recinto, carrera que le pasó factura puesto que en ella se dejó las pocas fuerzas que tenía el astado. Por la noche y para poner el punto final a estas fiestas se emboló a un toro de Gerardo Gamón. Floja, muy floja las actuación de Javier Gallego en unas fiestas que se merecían mucho más.
